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Un tanto precipitado y acelerado salía el Real Betis al terreno de juego en su vuelta al Villamarín tras el parón liguero. La necesidad de conseguir los tres puntos metía un poco de presión ante un Elche al que le ocurría lo mismo.

En los primeros minutos no había un claro dominador.El conjunto ilicitano ponía más en el juego de ataque pero el Betis lograba reponerse y ordenarse. Las piezas empezaban a encajar, Salva se movía entre línea y Juanfran y Juan Carlos corrían las bandas. El Betis quería ser protagonista del encuentro pero Velasco Carballo ponía más énfasis. El árbitro comenzó a tomar decisiones que poco a poco empezaban a sacar del partido a los verdiblanco.

Primero no vio unas manos dentro del área cuando el tiro de Juanfran buscaba portería. Posteriormente, Molina le reclamaba con vehemencia un agarrón cuando iba a rematar una buena jugada de ataque de Juan Carlos. Y por último, no observó manos en el área en una jugada muy parecida a la de Juanfran pero en esta ocasión el tiro fue de Matilla. Esta jugada acabó por desesperar a los béticos y dio paso al mazazo en forma de gol del Elche.

Centro de Cisma desde la banda zurda y Manu del Moral remataba de cabeza. Previamente, el Betis se había rehecho muy bien de la contra del equipo visitante pero en el juego estático no supo defender. No fue lo peor. De nuevo una contra supuso el segundo. Tiro cruzado de Carles Gil que se convertía en gol. En cuatro minutos, del 29 al 33, el Elche conseguía algo que no había merecido en los 45 primeros. El conjunto de Mel atacaba más con corazón que con cabeza pero tuvo premio. Falta de Salva Sevilla y Jorge Molina que metía la primera que tenía. Incluso pudo tener un premio mayor el Betis si la triangulación entre Salva, Juan Carlos y Molina hubiera encontrado rematador. Parecía que la segunda parte iba a pintar de otra manera. En el minuto uno, Cisma veía su segunda tarjeta amarilla y era expulsado.

En el descanso salía Chuli por Chica. La lectura del partido cambió y el Elche se replegó hasta su área y el Betis atacaba continuamente. Pero las acometidas se iban perdiendo en el tiempo sin un resultado claro y ni Verdú ni Cedrick, los dos últimos cambios, podían remediarlo. Tampoco inquietó en exceso la meta de Manu Herrera salvó en algún balón muerto que rondaba el área. Los puntos que se marchan del Villamarín y toca pensar en la Europa League.

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