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Con el corazón en un puño durante los 90 minutos, el ‘derbi de la concordia’ ha dejado en la afición ese regusto amargo de la vendetta sin resolver y de las esperanzas de otra goleada frustradas.

En una primera parte en la que el club verdiblanco comenzó apretando e intentando llevar la batuta del encuentro. Sin embargo, en apenas seis minutos los esfuerzos béticos cayeron en picado, un contragolpe envenenado que Reyes aprovechó para ponérsela a punto a Rakitic, el cual no dudó en sortear a Adrián y encasquetar el primer gol del encuentro. Un tanto prematuro que hizo asomar la sombra del 5-1 de la primera vuelta.

Arropados por toda su afición, los béticos no agacharon la cabeza y Pabón tuvo la primera ocasión más evidente del equipo local. Pero el Sevilla ya había cogido carrerilla, el centro del campo sevillista derrochaba efectividad, demostrando que cuando se tiene motivación, se puede. Fue entonces cuando de nuevo el croata se encontró con el gol, un gol con polémica, ya que Rakitic buscaba a Negredo, el cual se encontraba en claro fuera de juego.

Dos tantos que engordaron a los blanquirrojos los cuales derrocharon seguridad y buen juego, dejando a un Betis muy tocado. Fue a la media hora cuando llegó Álvaro Negredo con la puntilla. El vallecano comenzó una jugada con una pared con Rakitic, éste abrió para Reyes, el cual reluce más que nunca en los derbis, se la puso perfecta para el remate de Negredo que dejó K.O a Adrián.

Las caras pálidas de los aficionados béticos lo decían todo, “otra vez no”, el choque se parecía peligrosamente al del Sánchez Pizjuán, “demasiado para una temporada” debieron de pensar algunos que no dudaron en levantarse de sus asientos y dirigirse a la salida. Sin embargo, cuando ya todo se daba por perdido, un fallo imperdonable de Gary Medel a la hora de sacar un balón se lo puso en bandeja a Pabón, que devolvió las esperanzas a un moribundo Betis.

Al comenzar la segunda parte, la superioridad sevillista continuaba siendo palpable e incluso Kondogbia pudo sumar el cuarto tanto al marcador, pero allí estaba Paulao para salvar el momento. Pero llegó el minuto 53’ y llegó el caos, Del Cerro pitó un dudoso penalti en contra del Sevilla, todo derivado de un empujón de Fazio a Molina dentro del área. Los verdiblancos tiraron de su hombre, Rubén Castro, para materializar la pena máxima. Las buenas intenciones de Beto hicieron que el meta lograra rozar el balón pero el 2-3 ya estaba siendo cantado en el Benito Villamarín.

Con los ánimos ya caldeados, la impotencia sevillista se hizo patente tras la expulsión de Medel. Cañas y el chileno se propinaron alguna que otra bofetada, y el colegiado no dudó en expulsar con roja directa a Medel, su fama no le ayuda en estas situaciones. Del Cerro sin embargo fue más benévolo con Cañas, el cual consiguió su objetivo, hacer caer al chileno.

A partir de ahí, las tornas dieron la vuelta espectacularmente, el encuentro era verdiblanco y la revancha se olía próxima. La entrada de Álvaro Vadillo otorgó un plus a su equipo por la banda izquierda creando un par de ocasiones. Muy duros minutos en el área sevillista, en el que la intensidad y la tensión se concentraban a niveles máximos. El Sevilla bloqueaba toda llegada bética, pero ésta no cesaba, los locales tenían claras sus intenciones.

La presión fue demasiada y las fuerzas visitantes desfallecieron, faltando un minuto el nigeriano Nosa aprovechó un centro de Pabón y remató de cabeza noqueando a Beto y todos los ánimos sevillistas. La anécdota del día, quitando la propia remontada bética, fue la celebración del entrenador bético, Pepe Mel, el cual realizó una ‘peineta’ sin ningún destinatario (aparentemente) en particular. Su homólogo en el Sevilla, Unai Emery, parecía no dar crédito a lo que estaba sucendiendo. Y es que así es el fútbol, imprevisible.

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Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....