derbi2

Después de un tortuoso periodo bajo la sombra, el Betis llegaba al derbi del Sánchez Pizjuán con la cabeza alta, por encima del rival, nueve años después. Confiado y sereno, se sentía superior para certificar su supremacía en el campeonato liguero hasta el próximo envite.

En apenas segundos, la inexperiencia en esa novedosa condición y una relajación discordante con la envergadura de la cita, convirtió el duelo en una pesadilla en la que el 5-1 parecía lapidar todas las esperanzas de cuajar una temporada memorable.

Sin embargo, el Betis se sobrepuso con madurez al varapalo y pasada una vuelta continúan intactos los roles de la primera vuelta, con la urgencia lógica de un final de Liga con objetivos europeos por cumplir para ambos equipos.

Por primera vez en muchos años, ambos conjuntos lucharán por una plaza europea ante el eterno rival. Para el Sevilla será la penúltima oportunidad de enganchar el tren continental, una situación límite demasiado habitual en los últimos años para un equipo otrora acostumbrado a asegurar con solvencia objetivos mayores. Será pues, la presión un elemento que se conjugue con mayor peso en las huestes sevillistas.

Si bien, supo sobreponerse en la ida, ésta ha aumentado al paso que el Sevilla no ha sabido aprovechar sus oportunidades en esta Liga, por lo que el trabajo mental de Emery será decisivo.

En el Betis ven el partido como la oportunidad de descartar en la batalla europea a su rival más directo y certificar, de paso, que está preparado para asumir un cambio de roles para pelear de igual a igual durante toda la temporada ante un adversario que lo mantuvo sometido durante los últimos años.

www.SevillaActualidad.com