Unas cuentas más saneadas y mayores pretensiones que la permanencia marcan el diseño de la nueva temporada que se realiza en el conjunto de la Palmera.
El Betis prepara la nueva temporada avanzando en el saneamiento de sus cuentas tras la salida de la Ley Concursal gracias al apoyo de los acreedores, aunque todavía la deuda es de 19,5 millones de euros y tendrá que pagar a Hacienda otros 33 millones más.
Pero esto es algo que no afecta a los objetivos del conjunto verdiblanco, y que pasan por terminar de la mitad hacia arriba de la tabla clasificatoria y acercándose a puestos europeos. Unas aspiraciones mayores que en la temporada que se acaba de cerrar, donde el objetivo era la permanencia.
Stosic intentará planificar una plantilla competitiva que ya tiene dos nuevas incorporaciones, como la del extremo portugués del Olhanense Agra y el centrocampista del Atlético de Madrid Rubén Pérez, que llegará en calidad de cedido.
Pero no son los únicos fichajes, porque el Betis también ha puesto su mirada en el filial del Barça, donde están interesados por el delantero Kiko Femenía y los centrales Fontás y Muniesa. También se ha puesto el foco en un jugador del filial del Madrid, el extremo Juanfran.
Como interés ha habido, y hay, por los delanteros Nolito, del Benfica, y Javi Álamo, del Recreativo de Huelva; los centrocampistas Diamé, del Wigan, y Neira, del Lanús; el mediapunta del Rayo, Michu, y el lateral izquierdo Roberto Lago, del Celta.
El capítulo de bajas lo engrosan, por el momento, Iriney -que el presidente Guillén ya dijo que veía muy difícil renovar-, Mario, Isidoro y Jefferson Montero. Quienes aún no saben si terminarán en el club heliopolitano son Paulao y Roque Santa Cruz.