2010 se va y llega el nuevo año, un 2011 que el Betis, el auténtico Real Betis Balompié, afrontará con ilusiones renovadas después de mucho tiempo de oscurantismo. Y digo el auténtico Real Betis Balompié porque, gracias al trabajo de muchos béticos y a la intervención judicial, seremos los béticos quienes decidamos su futuro.

Me gustaría diferenciar entre deporte y gestión empresarial pero, por desgracia, el invento de los políticos de convertir los clubes de fútbol de siempre en Sociedades Anónimas Deportivas impide hacerlo con la libertad de antaño. Todos sabemos que hay dos clases de políticos, corruptos e inútiles, y cuando la política metió sus zarpas en el fútbol fue para promulgar una conversión bananera, barros que traen los lodos que estamos pagando ahora.

El caso del Betis es paradigmático. La conversión en S.A.D. permitió la llegada al club de un personaje que, parapetado tras un halo de salvador que con el tiempo se ha demostrado más que falso, se hizo con el control total de la entidad y disfrutó de mando en plaza durante la friolera de dieciocho años. Un poder absolutista plagado de mentiras, con un resultado económico que sólo ahora se está pudiendo evaluar y que incluso a nivel deportivo tuvo más sombras que luces pese a algunos logros notables (Copa del Rey 2005, clasificación para la Champions… Y dos descensos, por ejemplo).

En cualquier caso, el gran protagonista del año 2010 en verdiblanco no ha sido otro que el aspecto institucional. La imagen del club sufrió un gran deterioro por culpa de Lopera y eso es algo que habrá que subsanar poco a poco, pero lo peor es sin duda la situación económica que ha dejado el imputado de la calle Jabugo. Lopera estuvo dieciocho años jactándose de estar gestionando el club más saneado del país y repitió hasta la saciedad que el Betis no le debía nada a nadie. Mentira. La mentira ha sido el pilar básico de la gestión ‘manolitaria’ y ahora, intervención judicial mediante, sabemos que Lopera lo único que ha dejado en las arcas del club han sido telarañas y deudas para echarse a temblar. El nuevo Consejo de Administración va a sudar sangre para sacar esto adelante, pero entre todos, directiva y afición, lo conseguiremos.

No sé si intencionadamente o por inutilidad, Lopera estuvo a punto de matar al Betis. Oliver ha intentado exprimir lo poco que quedaba en el club y de momento, si la Audiencia no comete la torpeza de devolverle las acciones de FARUSA, tampoco ha podido salirse con la suya. Ahora llega el año 2011, año de ilusiones renovadas y de recelo por la situación económica lamentable en la que han dejado al club los anteriores gestores.

Porque nadie debe olvidarlo: todo lo que está ocurriendo ahora, la crítica situación económica en la que está inmerso el club, es culpa de Lopera y de los muñecos que han sido conniventes con su gestión. Espero que Oliver quede sólo como una anécdota en la historia, un espabilado que después de salir escopetado de Jerez y Cartagena decidió chupar la sangre en otra parte y por desgracia eligió el Betis. Pero nada ni nadie podrán con el Real Betis Balompié.

Se avecinan tiempos complicados. En lo deportivo el ascenso es vital, aunque está bien encaminado gracias al buen hacer de Pepe Mel y de su plantilla. En el apartado institucional el trabajo será arduo y los béticos tendremos que arrimar el hombro para sacar la situación adelante. La herencia dejada por los ‘mandamales’ que hemos tenido que padecer durante dieciocho años es terrible, pero que nadie olvide que el Betis es un club de fútbol con 103 años de historia y en todo ese tiempo ha pasado por situaciones de todo tipo y siempre ha salido airoso.

Carta a los Reyes Magos: ascenso deportivo, estabilidad institucional y reconducción de la situación económica. Suerte, Betis.

Por Ismael F. Cabeza

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