Roberto Ríos Patus lleva en sus genes el beticismo. Este defensa espectacular se convirtió en uno de los jugadores más caros del fútbol español cuando fue vendido al Atlético de Bilbao.
Aida Bañuls. Eusebio Ríos era verdiblanco de corazón, y su hijo, Roberto Ríos, no podía ser menos. Canterano del Real Betis Balompié, le ofreció grandes momentos a la afición. Siempre quiso acabar su carrera deportiva en su equipo, y hubiera sido así de no ser por el astronómico precio que el Atlético de Bilbao le puso: dos mil millones de las antiguas pesetas.
Corría el año 1997, y este defensa con un gran nivel de juego aéreo, era codiciado por todos los grandes clubes. El Betis aceptó la oferta y Ricardo se convirtió en uno de los jugadores españoles más caros de la historia del fútbol en cuanto a traspasos en nuestro país.
Jugó en once ocasiones con la selección española cuando Clemente estaba al frente, incluso disputó algún partido con la selección de Euskadi, pero en 2002 se retiró del fútbol, al menos como jugador.
Estuvo ejerciendo de director general del Écija Balompié, equipo de 2ª B, pero el pasado verano tuvo la oportunidad de hacer lo que siempre había soñado: volver al Betis, esta vez como entrenador.
“Me fui de jugador en el 97, pero el sentimiento bético siempre ha seguido dentro de mí. Me ha surgido esta oportunidad de volver en este caso en un nuevo cargo para el banquillo y lo afronto con incertidumbre, ilusión y muchísimas ganas” con estas palabras se comprometía a ejercer su labor como segundo entrenador del Betis. El mismo, Pepe Mel, primer entrenador del equipo le había llamado para comunicarle su decisión. Actualmente sigue ejerciendo su cargo con éxito, ya que el conjunto verdiblanco lidera la tabla de Segunda División.