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Un gaditano que marcó la forma de hacer fútbol bajo los palos, de toda una generación.

Aida Bañuls. Corría el año 1976, la selección española de fútbol se jugaba el pase para las Olimpiadas contra Bulgaria en Montreal (Cánada). Eran los últimos minutos del partido cuando el árbitro pitó un penalti a favor de Bulgaria. Todas las esperanzas de una nación estaban puestas en aquel portero. No falló y paró el disparo. Era el comienzo de una leyenda. El portero se llamaba Francisco Ruiz Brenes, pero desde aquel día, le llamaron Súper Paco.

Francisco Ruíz Brenes o Súper Paco, era un gaditano que provenía del entonces Sevilla Atlético y que había estado jugando en el Cádiz cedido por el club. En el año 1976, en el ya Sevilla FC. donde era titular indiscutible.

Ejemplo de superación, fue internacional con la Selección Española B en siete ocasiones, aunque nunca llegó a debutar con la absoluta a pesar de ser convocado 18 veces.

Ganador del Trofeo Zamora y de la medalla de oro al mejor jugador español, el fichaje de Paco Buyo le arrebató la titularidad en el Sevilla en la temporada 81-82, por lo que decidió volver al Cádiz. Consiguió ascender al equipo gaditano a Primera División y con 35 años se retira como jugador, aunque no del mundo del fútbol, al que siguió vinculado formando parte de la directiva.

Superado un problema con la justicia en los años 90, actualmente se ha convertido en empresario hostelero, pero no ha abandonado su pasión por el fútbol y por el Sevilla FC al que ve siempre que puede en el Sánchez Pizjúan.

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