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Apodado como el carnicero, Pablo Alfaro vivió en el Sevilla F.C. su mejor etapa como futbolista, en la que se convirtió en el líder del equipo. Un central de gran calidad que el sevillismo nunca podrá olvidar.

Aida Bañuls. “Os voy a llevar conmigo siempre grabado a fuego en lo más profundo de mi corazón” así se despedía un emocionado Pablo Alfaro de la afición del Sevilla a finales del 2005. Tenía 38 años, y ponía fin a seis temporadas en un club que se había convertido en su casa, y que ya nunca dejaría de serlo.

Durante este tiempo, este maño de nacimiento, se había alzado como líder indiscutible del conjunto llegando a ser el capitán del Sevilla. Polémico y violento, fue apodado como el carnicero, por la intensidad de sus entradas, que acabarían convirtiéndole en uno de los jugadores más expulsados de la Liga española.

Llegó al Sevilla F.C. cuando este se encontraba en Segunda División. Sufrió y luchó hasta conseguir que el equipo volviera a la categoría que merece. A sus espaldas llevaba una trayectoria profesional en numerosos equipos, desde su primer debut en La Romareda, pasando por su fichaje  al F.C. Barcelona hasta una temporada desastrosa con el Mérida.

Pablo Alfaro siempre agradeció el día que Monchi, el director deportivo del Sevilla, le llamó para fichar por el club de la ciudad hispalense. Fue la mejor etapa deportiva del cirujano, que se sacó la carrera de medicina mientras jugaba en el Racing de Santander.

El Sánchez Pizjuán lo amaba, y el amaba el sevillismo: “El Sevilla me ha dado mucho y nunca diré que no cuando me pregunten si soy o sigo siendo sevillista. Yo llevo al Sevilla en mi corazón. Mi corazón es sevillista para siempre, la profesión es diferente” declaró en una entrevista tras su marcha del club.

Se despidió del equipo después de que Juande Ramos lo mantuviera en el banquillo “no quiero cobrar ni un solo euro sin ser útil a la plantilla” afirmó en su despedida. Después, volvió al Racing de Santander durante una temporada, pero su carrera deportiva estaba tocando a su fin y supo verlo a tiempo. Marcó el gol que aseguraba la permanencia de su equipo, y se retiró del fútbol.

A partir se ese momento ha estado buscando su nuevo camino, primero como miembro de la directiva sevillista, y más tarde como entrenador del Pontevendra C.F. la pasada temporada, y del Recreativo de Huelva, este año, del que ha sido destituido recientemente.

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