Ciencias-CAU-Carlos-Arenas

El Ciencias Fundación Cajasol logró, al término de una prórroga asfixiante, regresar a División de Honor dos años después de su último descenso.

Los siete puntos de renta que el CAU se había traído de Valencia pesaron como un fardo en el ánimo del joven equipo científico, que hubo de encomendarse a la experiencia de su columna vertebral para darle la vuelta a la eliminatoria. Porque si bueno fue el rendimiento de Ale Ortega y Carlos Arenas, que hubieron de gestionar un claro déficit en las fases de conquista, y colosal fue el encuentro de Luis Vázquez, autor del ensayo de la victoria e incansable en sus incorporaciones ofensivas, no hay palabras para calificar el partidazo de Manolo Mazo, capitán multiusos que actuó esta vez como apertura y cuya puntería en los lanzamientos a palos le pone la rúbrica a esta victoria.

La fase de dominio inicial del Ciencias no se vio recompensada con puntos debido a la gran defensa del CAU, muy ordenado, excelente en el placaje y poseedor de un plan diabólico para enfriar el partido. Cada puesta en juego la demoraban un verano los valencianos, que fueron ganando posesión gracias al mal día de los locales en los lanzamientos de lateral y confiaban la puntuación a los puntapiés de Edu Sorribes, un martillo pilón. El primer ensayo de la matinal llegó a la media hora, al posar Picabea tras una sucesión de ataques cortos de la delantera científica que inició una tremenda percusión de Javi Salazar en su ala pero la indisciplina del Ciencias concedió al zaguero visitante nuevas ocasiones de patear para mantener a su equipo en ventaja al descanso (7-9). 

La segunda mitad, agónica, sólo registró puntos mediante las patada de Manolo Mazo, que supo bonificar la mejoría de su equipo en la melé con tres golpes de castigo que forzaron la prórroga (16-9). En el tiempo extra, Sorribes volvió a dar seis puntos de ventaja a los valencianos pero, a falta de cuatro minutos, Luis Vázquez ensayaba tras un saque rápido de golpe franco de Carlos Arenos y Mazo, con una transformación complicada, anotaba los dos puntos que daban definitivamente la vuelta a la eliminatoria (23-15). Aún pudo revertirse la situación pero el pateador valenciano erró un último chut, esquinado y con el viento en contra, permitiendo que las cinco mil personas que atestaban La Cartuja estallasen de júbilo.