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Cajasol Rugby Ciencias cosechó en Guernica su segunda derrota consecutiva, en un encuentro que nunca se debió jugar puesto que el campo de Urbieta estaba por completo encharcado. Pero, pese a las negativas científicas a jugar en un terreno de juego impracticable, el árbitro cedió a las presiones del equipo local y consintió la disputa de un partido que empezó con media hora de retraso.

Sevilla Actualidad. Más allá de que el espectáculo rugbístico ofrecido fue deplorable, lo grave es que se puso en peligro la integridad física de unos jugadores que apenas si podían tenerse en pie sobre el anegado césped.

El encuentro no tuvo historia y, pese a lo anteriormente dicho, la victoria de los vizcaínos fue justa porque se aclimataron mejor a las condiciones reinantes y porque exhibieron un mayor poderío físico que el capitidisminuido Cajasol, que se presentó con una docena de bajas en su alineación. De los seis ensayos locales, cuatro fueron después de sucesivas patadas a seguir mediante las que los jugadores vascos cruzaban el campo ante la impericia de las líneas traseras científicas en esas acciones de fútbol-playa.

Ante la imposibilidad de jugar un rugby desplegado, los pocos ataques de Cajasol los protagonizó una delantera que actuó con corazón pero que notó la ausencia de recambios para los jugadores que faltaban y que acusó, en algunos de sus componentes, la gripe padecida durante la semana.

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