Las hermanas Andrea -a la izquierda- y Clau Blanco -a la derecha- han compartido vestuario durante más de una década. / F. Segura

A las puertas del arranque liguero de la Primera y Segunda división femenina, entrevistamos a dos jugadoras profesionales. Pese a sus cortas edades, cumplen varias temporadas en el fútbol de élite. 

Entrenamientos, sacrificio y talento. Ha sido la receta del éxito para que las hermanas Clau y Andrea Blanco se consoliden en la élite del fútbol profesional femenino. Las mellizas alcalareñas acumulan más de cien partidos en la máxima categoría.

En las calles de Rabesa empezaron a jugar al fútbol unas niñas que con ocho años se mudaron a Jaén. Pese a que dejaron recuerdos en la ciudad, se llevaron consigo la pasión por este deporte. Ya en tierras jienenses se federaron en un equipo masculino, donde los buenos resultados les permitieron fichar por el femenino de La Rambla. Un año después, Clau pasaría a ocupar el lateral diestro del Real Betis, y Andrea la mediapunta. Así, las hermanas Blanco volvían a Alcalá para iniciar su carrera en la entidad verdiblanca.

–Después de seis temporadas abandonan el Betis, ¿será la primera vez que separan sus vidas deportivas?

–C: Sí. Es difícil, pero éramos conscientes de que tarde o temprano el momento iba a llegar. Era lo idóneo después de terminar nuestros estudios -Andrea, Ciencias Medioambientales y Clau, Ciencias de la Actividad Física y Deporte- y cada una tomará su camino, pero seguiremos apoyándonos.

–Andrea ha decidido jugar en la Fundación Albacete la próxima campaña, mientras que Clau irá al Madrid CF. ¿Qué intenciones tienen con estos nuevos proyectos?

–A: Llevo dos años sin tener los minutos que quiero y necesito recuperar confianza. La Fundación Albacete me la ha transmitido. Aunque este año haya descendido, es un club asentado y con proyecto para ascender.

–C: Por mi parte, creo que más que deportivo, es un giro en lo personal. Son seis temporadas en el club, y el terminar los estudios me ha animado a decidir el cambio.

–¿Cómo es convivir en el campo y el vestuario con tu hermana?

–A: Compartir vestuario con tu hermana es todo un orgullo. Cuentas con el apoyo de una persona muy cercana y está ahí cuando llegas a casa.

–C: Me sirvió mucho cuando llegamos al Betis, éramos nuevas y llegábamos al mundo profesional. Al ir ahora a un destino diferente, tendremos que vivir algo totalmente nuevo.

–Llegáis al Betis con 15 años y directamente al primer equipo, ¿cómo fue aquello de formar parte de un equipo con profesionales de 30 años?

–C: Nos aportó madurez. Con 15 años no habíamos salido de casa, siempre habíamos jugado con chicos y apenas con chicas. Fue un salto profesional.

–Más de cien partidos en primera entre ambas. ¿En qué momento fueron conscientes de que estaban en el mundo profesional?

–C: En el ascenso con el Betis. Tienes el miedo de no poder adaptarte al máximo nivel. Eres consciente de que hay que entrenar más horas y cuidar mucho más alimentación y descanso.

–A: Coincido, el salto fue en primera división. Yo incluso lo note más porque venía de una lesión. Los partidos pasan a ser de mucha más intensidad.

–Y ahora que se ven profesionales. ¿alguna vez les ha dicho alguien que esto era inalcanzable?

–A: Desde el núcleo familiar todo ha sido apoyo. Incluso antes cuando lo veíamos como un hobby, ellos nos animaban a seguir para hacerlo profesional.

–C: De hecho, fue nuestro hermano mayor el que nos animó a federarnos y seguir. Aun así, también hemos escuchado los típicos comentarios en las gradas de vete a fregar los platos.

–Si tuvieran que escoger una cualidad futbolística y otra personal de su hermana, ¿cuál sería?

–A: Clau es muy exigente, muy constante. Siempre acaba consiguiendo lo que se propone. Como compañera siempre está dispuesta a escuchar a cualquiera.

–C: Creo que es especialmente rápida y sobre todo muy técnica. En el vestuario, aunque es muy tímida e introvertida, una vez que la conoces es de las más divertidas.

–Cuentan con varios años de carrera y han sido parte del cambio en este deporte, ¿cómo lo valoran?

–A: Muy positivo. Hay clubs que ya cuentan con 24 categorías femeninas.

–C: Lo más importante del cambio ha sido la potenciación de canteras, lo que repercute en la profesionalización.

–¿Cuál es el siguiente paso?

–C: Aún queda gente que debe cambiar su mentalidad. Sigue habiendo comentarios recalcando que los partidos son aburridos o a ritmo muy lento.

–A: Es obvio que hay progreso, pero a las futbolistas nos siguen viendo como menos profesionales que a los hombres. Tenemos que seguir trabajando para que marcas, medios y la sociedad nos considere igual que a los hombres.

–¿Visualizan su futuro en el mundo del deporte?

–A: Ciertamente no. Me veo dedicándome a lo que he estudiado.

–C: A diferencia de ella, oriento mi vida al deporte. Realmente me apasiona la gestión deportiva y la relación entre deporte y salud.

–El Ciudad Alcalá contará con plantilla juvenil y escuela deportiva para la 19/20. ¿Cómo valoran este desarrollo del deporte local femenino?

–C: Tenemos conocidas en el equipo y creo que el club es partícipe de toda esta revolución del fútbol femenino.

–A: No todas las jugadoras tienen nuestra suerte. Nuestros padres tuvieron tiempo y dedicación para llevarnos a entrenar. Es importante contar con cantera femenina en la ciudad.

-¿Es este deporte una herramienta para reivindicar la igualdad?

–A: El deporte por excelencia en España es el fútbol y tenemos que usar esa vía. No obstante, tenemos que mirar más allá y no luchar solo por la igualdad en el fútbol, sino por la misma en el deporte y en la sociedad.

–C: Tenemos que asumir que estamos capacitadas para hacer lo mismo física y técnicamente que los hombres y algunas cosas, incluso mejor.

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Apasionado del deporte, la cultura menos visible y siempre atento a la realidad social.