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La nueva película de David O. Russell despierta buenas vibraciones pero no deja un buen fondo dentro del espectador. Si una película te permite salir del cine con las mismas sensaciones con las que se ha entrado, realmente creemos que no ha terminado de encajar en un esquema determinado.

 

 

Tras ver detenidamente The Fighter y comprobar que realmente la película finalizó por completo, me quedó la sensación de haber visto una buena película, de excelente talla y fantástica factura pero sin un trasfondo verdaderamente claro. Impresionado me hallo, por el contrario, ante las dos interpretaciones de dos grandes actores, Mark Walhberg y Christian Bale que, posiblemente, realizan los mejores roles de sus carreras.

Por un lado, un Walhberg nominado a los Globos de Oro por su portentosa interpretación de Micky Ward. Un Walhberg que ya trabajó con David O. Russell en Tres Reyes y que ahora se consagra como intérprete serio y ampliando sus registros más allá del típico ‘musculitos´ que nos anunciaba calzoncillos en las vallas publicitarias de Times Square allá por los años 80. Comenzó su ascensión gloriosa al Olimpo de Hollywood cuando Martin Scorsese lo encumbró con una nominación al Oscar por su recreación de un teniente de policía tosco, árido y excesivamente malhablado en Infiltrados. Ahora, con The Fighter, se consagra y nos situamos a la espera de sus próximos proyectos para valorar si realmente lo visto en esta película se sigue traduciendo en buenas sensaciones para con este intérprete.

Por otro lado, encontramos a un hombre que se ha aficionado demasiado a ganar y perder peso a su absoluto antojo. Un Christian Bale que adelgazó lo indecible para El Maquinista y volvió a ganar una masa muscular envidiable para sus roles en Batman Begins y El Caballero Oscuro. Como un acordeón, ha vuelto a perder peso para esta cinta por la cual está triunfando de manera absoluta en todos los galardones que se han celebrado y que lo han premiado como Mejor Actor de Reparto. Hablando de Christian Bale siempre hemos de hacer referencia a su primera película. Con El Imperio del Sol (Steven Spielberg, 1987) dio muestras de gran actor aún teniendo 13 años. El Globo de Oro y el BAFTA son dos de los méritos más importantes a la espera de lo que suceda en la próxima edición de los Oscar, para la cual parte como claro favorito, sensación a la que me uno desde estas líneas.

Con un guión correcto y sin prácticamente ningún exceso, The Fighter es una película más sobre boxeo. El Luchador, Toro Salvaje, Million Dollar Baby, Rocky o Cinderella Man ya trataron el mismo tema casi de la misma manera. Quizá sea por eso que no me ha sorprendido absolutamente nada ningún extracto del metraje de la cinta. Sin duda, Toro Salvaje y Million Dollar Baby son palabras mayores por estar dirigidas por dos maestros como Scorsese y Eastwood. Sin embargo, no aporta nada más allá de lo que Russell Crowe y Ron Howard nos contaron en la gran Cinderella Man. O lo que Sylvester Stallone y John G. Avildsen nos retrataron en Rocky (la primera, por supuesto).

Me queda una doble sensación. La de haber visto una buena película pero que no me ha transmitido nada. Me ha gustado su banda sonora, su ritmo y su guión. Eso sin contar a las dos actrices protagonistas, encomiables ambas, Melissa Leo y Amy Adams. Me ha gustado The Fighter pero pienso que no debería llevarse más premios de los necesarios.

Existen apuestas mucho mejores en este año 2010 pero quizás no las haya más interesantes.

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