Feria del Libro de Sevilla / SA

La Feria del Libro de Sevilla ha acogido este lunes la primera de dos mesas redondas relacionadas con el mundo literario en la Sevilla de Murillo, una actividad organizada por el Ayuntamiento hispalense que tiene como objetivo «seguir difundiendo al maestro desde distintos ámbitos, el del libro en este caso, y llevarlo a escenarios no directamente relacionados con la pintura, como la Feria que estos días se celebra Plaza Nueva».

Según ha indicado el Consistorio en una nota, la vida de Murillo recorre la parte principal del Siglo de Oro, el gran momento del florecimiento de las artes, las letras y el pensamiento en España, «un tiempo en el que adquiere gran relevancia bibliográfica su ciudad natal, Sevilla, por entonces una de las urbes más pobladas, cosmopolitas y opulentas de España y de Europa, pero también plena de marginalidad, decadencia, escaseces y picaresca». De este universo de contrastes emanan algunos de los más altos vuelos hispánicos de la creación literaria y del mundo del libro y del teatro.

La conferencia que abre el ciclo este lunes a las 20 horas en la Pérgola de la Plaza Nueva se titula ‘Capítulo Primero. Donde se habla de autores y obras, temas y géneros’. Luis Gómez Canseco, Fernando Iwasaki y Antonio Puente Mayor como moderador disertarán en torno a las formas y materias literarias, nombres y títulos de las letras barrocas y el humanismo sevillanos, o estrechamente vinculados a la ciudad.

El día 9 de mayo, también a las 20 horas, se celebra la segunda mesa redonda, titulada ‘Capítulo Segundo. En el que se trata de imprentas y teatros, calles y públicos’. Carlos Alberto González, Antonio Cascales, Juan Motilla y Rocío López-Palanco hablarán sobre los principales editores e imprentas, escenas y patios de la época en Sevilla, así como de la variedad y calidad de su proyección en la ciudad.

Publicaciones

Además, el maestro está estos días presente en la Feria a través de las numerosas publicaciones que ha editado o coeditado el Ayuntamiento en torno al maestro como parte del programa de conmemoraciones Año Murillo.

Entre ellas destaca ‘Corpus Murillo. Biografía y documentos’, del historiador y conservador de museos Pablo Hereza. La obra, que ya ha agotado su primera edición, recoge la biografía del pintor barroco así como un catálogo razonado de cuadros y dibujos con su correspondiente material bibliográfico y de archivo.

Este volumen compila toda la información documental relativa a Murillo, despojando su estudio de fabulaciones y reconstruyendo su vida desde el rigor científico a través de todos los papeles que se conservan.

Editado por el Servicio de Publicaciones del ICAS, este volumen indaga en la vinculación del pintor con el tejido cultural de Sevilla, la incertidumbre en torno a su formación artística, el terremoto que supone la peste en su biografía y en su producción, su viaje a Madrid y la fundación de la Academia del Arte de la Pintura y la crisis personal de su estilo a favor de una febril producción que se da entre 1663 y 1671.

Además, se ha reeditado ‘La fortuna de Murillo’ de María de los Santos García Felguera, un clásico de 1989 en el que la autora ofreció una nueva mirada sobre el pintor sevillano y la recepción de sus obras. ICAS y la Diputación de Sevilla lo han reeditado por el cuarto centenario con nuevas ilustraciones en color y una bibliografía actualizada.

Otro tomo publicado al calor de la efeméride es ‘La escritura y la iluminación de libros y documentos en la Sevilla de Murillo’, de la profesora Rosario Marchena Hidalgo. En este estudio, que encaja en la historia y el arte de la Sevilla de Murillo, se analizan las obras escritas y miniadas en ese momento, centrándose en los libros de la catedral de donde emanaron una serie de influencias que rebasaron con creces los límites de su archidiócesis.

Así, los ecos de la miniatura del momento se reflejan en las iglesias de San Vicente, de El Salvador y los monasterios de San Clemente y Santa Paula de Sevilla, en las iglesias de San Juan de Marchena y de Santa María y San Pedro de Arcos, en la catedral de Cádiz y algunas parroquias de su provincia e incluso en el monasterio de Guadalupe, en las ejecutorias de hidalguía emitidas por la chancillería de Granada, principalmente las conservadas en el Museo de Bellas Artes y en el Archivo de Protocolos, sin que falten las de colecciones particulares, en las reglas de cofradías, en las cartas de profesión y en algún otro documento.

Los lectores también podrán encontrar en la Feria el catálogo de la exposición ‘Murillo y su estela en Sevilla’, una obra coral coordinada por el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Benito Navarrete y publicada por el Departamento de Publicaciones SAHP y el ICAS.

El libro incluye el catálogo de la exposición homónima que se clausuró el pasado 8 de abril en el Espacio Santa Clara con más de 67.000 visitantes. Se trata de un proyecto transversal que analiza, desde la historia del gusto y las sensaciones, las supervivencias visuales de un artista universal que consiguió que su fama y prestigio trascendieran más allá de su existencia.

El catálogo se compone de seis artículos sobre la vida y obra del pintor sevillano y recoge 62 fichas catalográficas realizadas por especialistas en la materia y que se corresponden con las 62 piezas pictóricas que se exponen en la muestra y que provienen de los más importantes museos y colecciones museísticas del mundo.

El último libro publicado con motivo del cuarto centenario del artista es ‘La escuela de Murillo’ del catedrático de Historia del Arte y comisario de los Itinerarios de Año Murillo Enrique Valdivieso.

Coeditada por el ICAS y la Universidad de Sevilla, la obra rastrea tres generaciones de pintores que emularon al maestro durante más de un siglo, catalogadas por el autor a lo largo de los últimos 35 años. El tomo arranca con los discípulos que coincidieron con él en el tiempo, entre los que destaca Francisco Meneses Osorio, que fue el encargado de culminar la última obra de Murillo.

Otros seguidores de la primera época son Esteban Márquez y Juan Simón Gutiérrez, el más importante de todos según Valdiveso. En la segunda generación brillan pintores como Domingo Martínez, Juan Ruiz Soriano y Bernardo Lorente Germán, y en la tercera, que coincide ya con el final del arte barroco, figuran artistas como Juan de Espinal, Andrés Rubida y Juan de Dios Fernández.

La obra demuestra no solo que Murillo no destruyó la escuela sevillana, sino que a partir de su impronta nació una escuela de calidad no exenta de talento ni sensibilidad.