Exclusividad y sorpresa. Asistir a un concierto de Sofar Sound garantiza, al menos, esos dos rasgos distintivos. Por un lado, la seguridad de que la actuación en formato acústico que vas a presenciar se hará en un espacio singular y reducido. Nada de bares y público conversando a voces mientras pide una bebida. Y por otra parte, y quizás la característica más peculiar, es que el espectador no tiene conocimiento previo del espectáculo. Un día antes, vía registro en la web y correo electrónico, se recibe una ubicación; y los grupos que tocarán se desvelan en la misma cita. Por sorpresa.
«Es la filosofía Sofar». Lo explica Marcos Donas, el alcalareño que ha impulsado esta iniciativa en Sevilla. Ingeniero mecánico, de 43 años, Marcos Donas pensó que sería una idea interesante «importar» este tipo de eventos durante un viaje a Londres. Allí ya existía Sofar (acrónimo de Songs from a room), una marca internacional, sin ánimo de lucro, que opera en más de 400 ciudades (desde Nueva York a Nairobi) y que tiene una seña de identidad básica: «disfrutar de la música».
Un proyecto en común
Apasionado de la música en vivo, a Marcos Donas le pareció «fascinante» la propuesta, y se dirigió directamente a la organización para poner en marcha la producción en Sevilla. Junto a él, colaboran varios compañeros que se encargan del sonido (Kopee y Javier Casanuevas), la fotografía (Ángel Bernabéu), el artwork (Nana) o los vídeos, que han firmado La Red Van o Focal 35. «Sonar —aclara— es un medio de exposición de nuestros trabajos, pero no cobramos por ello».
Por su parte, Donas ejerce como city leader o responsable de conciertos de grupos emergentes en enclaves reducidos, inesperados y con encanto, donde el aforo no supera las sesenta personas. Desde sus inicios en 2016, ya se han podido ver actuaciones de Hi Corea en un estudio de fotografía (Cobertura Photo), Turmalina en una librería (Caótica) o Shepherd en La Casa de la Ciencia. Incluso se podría plantear en el salón de una casa. Eso sí, todo en «secreto».