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El granadino cantaor de flamenco, Enrique Morente, fallece en Madrid a sus 67 años de edad tras las complicaciones derivadas de una operación de cáncer de estómago.

Paula Romero. Considerado como uno de los grandes innovadores del gremio, Enrique Morente nos dejó ayer lunes 13 de diciembre a sus 67 años de edad. El cantaor, que llevaba varios días en coma inducido, fue ingresado la pasada semana para ser intervenido de un cáncer de estómago en la clínica madrileña La Luz.

La familia ha solicitado la autopsia del artista al sospechar que pueda tratarse de alguna «negligencia médica». A través de un comunicado, la familia de Enrique Morente ha asegurado que hasta el pasado sábado día 11 no tuvo constancia de que el artista se encontraba en un estado de muerte cerebral. Así, el cuerpo de Morente ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense después de que se realizase una denuncia este lunes.

Durante estos días la clínica se ha convertido en un conglomerado de artistas amigos del cantaor, quienes han arropado a la familia en los últimos días. En el momento de producirse el fallecimiento se encontraban, entre otros, Joaquín Sabina, Arcángel, el productor Javier Limón y Carmen Linares. La familia sin embargo, ha reiterado su «sincera gratitud» hacia aquellas personas que han trasladado su afecto y cariño en estos «difíciles momentos».

Muchos han querido manifestar sus condolencias ante esta pérdida, entre ellos José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, Ángeles González-Sinde, Ministra de Cultura o Bibana Aído, secretaria de Estado de Igualdad y ex directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco que ha preferido recordarlo vivo: «las leyendas del arte no mueren viejas. Y él era una leyenda» «Nos quedará su voz; dicen que las personas están vivas mientras permanece su legado, es con lo que tenemos que quedarnos»

El día de Navidad el cantaor hubiera cumplido 68 años, una edad impensable para cualquiera que lo conociera. Rodeado de su esposa Aurora, sus tres hijos y multitud de amigo ha cerrado los ojos, pero su música sigue viva.

Creador incansable que se movía entre lo clásico y lo moderno buscando nuevos sonidos, un genio dotado del arte flamenco, «una especie que ya no queda» como declaraba la cantante Martirio. Sin duda se marcha pero su voz siempre permanece, ahora solo nos queda una despedida, como dice Alejandro Sanz, «Hasta siempre maestro».

 

Una gran figura innovadora del flamenco

Enrique Morente Cotelo nació en la posguerra granadina (1942), en el seno de una familia paya pero pobre como si fuera gitana. «La única ciudad del mundo que tapa sus ríos y mata a sus poetas», como dijo completando una frase de Antonio Muñoz Molina.

Se crió en las calles del barrio granadino de Albaicín sin mucho dinero pero con ganas y dotes para el cante. Desde pequeño mostró gran interés por el ambiente flamenco desenvolviéndose en reuniones familiares y vecinales, y así fue como comenzó a adquirir las bases de este arte siguiendo un aprendizaje autodidacta.

A Enrique Morente, le gustaba hacerse notar y su aprendizaje y autoafirmación le acabaron llevando a Madrid a una temprana edad donde contactó con un grupo de jóvenes universitarios que se movían por locales oscuros.

Consiguió despertar el interés de Pepe de la Matrona, cantaor octogenario y alumno del mismísimo Antonio Chacón, quien le enseñó y desarrolló las dotes de su arte.

El debut de Enrique tiene lugar en la peña flamenca Charlot y a esta actuación siguieron otras allá por el año 1964 en la Casa de Málaga, aunque se debe destacar su salto profesional cuando es contratado por el Ballet de Marienma, con el que actúa en el Pabellón español de la Feria Mundial de Nueva York y en la embajada española en Washington.

Su carrera profesional siguió ensanchándose con la actuación en su primer festival en el teatro de los Alcázares de los Reyes Cristianos, posterior mente el lanzamiento hacia una gira Europea junto a Pepita Saracena y José Luis Rodríguez.

El prestigio profesional entre el ámbito flamenco creció considerablemente cuando entró a formar parte del elenco de artista de Zambra y en el tablao Café de Chinitas, mientras comenzaba a ser reclamado en festivales y espectáculos donde compartió cartel con todos los grandes artistas del momento. En 1967 obtuvo el Primer Premio del Certamen Málaga Cantaora.

En 1967 publicó Cante Flamenco al que le siguieron Cantes Antiguos del Flamenco, Despegando y Homenaje a Antonio Chacón, en la década de los 80 Misa Flamenca y en los 90 compuso la obra de Martín Recuerda Las arrecogidas del Beaterío de Santa Egipcíaca.

Morente fue el primer cantaor de flamenco que recibió el Premio Nacional de Música otorgado por el Ministerio de Cultura de España. En 1994, un año más tarde, recibió la Medalla de oro de la «Cátedra de Flamencología» de Jerez de la Frontera y el premio «Compás del Cante» en Sevilla.

En el 96, participó en el homenaje a Manuel de Falla en el Lincoln Center de Nueva York, junto a Tomatito, con el que realizaba una gira por toda la geografía española.

El lanzamiento de Omega, con el que asegura nunca haber pretendido «innovar sino crear y expresarme», supuso una inflexión en su carrera y tuvo una continuidad en colaboraciones con Señor Chinarro, el guitarrista Pat Metheny y discos como El pequeño Reloj (1993) y Morente sueña la Alambra (1995).

Asimismo ha acunado la carrera musical de su hija, Estrella Morente, que se ha consolidado como una de las mejores cantaoras que han surgido en los últimos años.

En el año 2005 se le otorga la Medalla de Andalucía en reconocimiento a una encomiable carrera dedicada al flamenco y a su apertura con respecto a otras músicas así como a su divulgación por todo el mundo y en el 2006 con su trabajo Morente sueña la Alhambra se reconoce como el mejor disco de flamenco en los Premios Nacionales de la Música.

Amigo de Antonio Arias y de Jota, cantante de Los Planetas, compartía con ambos sus ansias de experimentar con los sonidos del pasado y el futuro. Desde que publicó el disco Pablo de Málaga quedó prendado de los sonidos de la batería de Eric Jiménez -también integrante de Los Planetas- con el que mantenía una de sus vías creativas sobre lo que él denominaba como el silencio del cante.

Durante los meses de su hospitalización Enrique Morente estaba grabando su próximo lanzamiento El barbero de Picasso un disco y un documental en el que profundizaba aún más en la figura del pintor malagueño, al que ya había dedicado otros discos. Una obra que no ha podido terminar pero que está cargada de un importante material.

El 13 de diciembre la noticia cae como una bomba entre sus numerosos seguidores. Hace unas semanas fallecía Marío Pacheco, productor de algunos de los discos flamencos más importantes de las últimas décadas, y ahora desaparece uno de los artistas fundamentales del género.

 

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