Más de cien personas se quedaron fuera del concierto de Pablo Alborán/Paco Cordero

La sala Caramelo de Sevilla dejó anoche a más de cien personas, con invitaciones, fuera del concierto acústico del cantante malagueño Pablo Alborán. Apuntaban que se había completado el aforo mientras seguía entrando gente.

Paco Cordero de la Villa. El cantante malagueño Pablo Alborán tenía esta noche marcado en su agenda la presentación del proyecto de su primer disco en la capital hispalense. El lugar elegido por Cadena Dial, patrocinador, era la sevillana sala Caramelo y hasta allí se desplazaron cientos de personas que deseaban poder escuchar a la privilegiada voz de esta joven promesa.

El concierto, exclusivo e intimista para unas 300 personas según la organización, creó una enorme expectación entre el público. De hecho, las 60 invitaciones que repartió el lunes Cadena Dial Sevilla se acabaron en pocos minutos. Del resto de invitaciones hasta llegar al cupo del aforo no se sabe como se repartieron.

Llegado el día del concierto (anoche a las 23:00 horas) cientos de personas ataviadas con paragüas, ropa de abrigo por la lluvia incesante y sus invitaciones, se agolpaban en la puerta de entrada de la sala para ir accediendo. La fila creada para la ocasión iba avanzando hasta que los guardas pararon el acceso.

Los propios miembros de la organización apuntaban a que habían repartido más invitaciones por si se daba el caso de que no se llenara. El caso, precisamente, fue el contrario puesto que más de cien personas se tuvieron que quedar fuera del concierto ya que el “aforo estaba completo”.

No valió haber conseguido las invitaciones/Paco CorderoCurioso fue que inmediatamente después de que dijeran que ya no podía entrar más gente, los relaciones públicas metieran a más personas gracias al “telefonazo” o al típico juego de los conocidos. Ante esto, seguían muchas personas que pedían explicación sin recibir respuesta e incluso corrían el riesgo de ser casi humillados. Encima.

De fondo sonaban las tan personales canciones de Alborán mientras fuera se exigían reclamaciones. No fue fácil conseguirlas, rellenarlas, entregarlas ni recibir un resguardo apropiado de la misma gracias a la prepotencia, la chulería y los aires de superioridad de los de seguridad. Algunas incluso se devolvían sin la firma de la organización por lo que el destino de las reclamaciones quedaba en el aire.

Con la indigna sensación de culpa, poco a poco se fue marchando la gente que se quedó fuera. Una auténtica pena que empañó la presentación del proyecto del primer disco de Pablo Alborán (saldrá a principios de 2011) en Sevilla. Ahora, los fans deberán esperar a que el cantante programe otro concierto en la capital, esperemos con mejor organización.

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