La compañía de danza francesa ‘Même à moi revenue’ realizó ayer su última presentación en el Teatro Central.

Paula Romero. Ayer pude ver la última sesión del espectáculo ‘Même à moi revenue’ que ha traído el Teatro Central en este mes de la danza.

Esta pieza coreográfica nos sorprende con la variedad de movimientos corporales rítmicos, con una puesta en escena minimalista, que juega con las sombras, la proyección de imagen, la música y sobre todo el dinamismo operante.

La escenografía cuenta con dos intérpretes y la confrontación de una imagen humana fabricada que pretende esquivar la realidad. La representación desvela el cruce de varias actuaciones que interpretan la multiplicidad de las distintas declinaciones de nosotros mismos.

La escritura coreográfica pondrá en evidencia lo que es involuntario, incontrolable, lo que a nuestro pesar, se nos escapa de las manos.

Una finalidad que opta por mostrar el distanciamiento que existe entre la imagen que desearíamos dar, la que se construyen de nuestra persona y la idea que nosotros queremos dar a notar.

La idea original surge de Geneviève Mazin, investigadora de danza francesa, quien dirige la coreografía y realiza la interpretación junto a Imen Smaquï.

Esta es la fundadora de la compañía Retouramont junto con su socio Fabrice Guillot, donde crea más de 15 fragmentos coreográficos y empieza la investigación de danza en espacios verticales.

La creación de imágenes e investigación musical corre a cargo de José Miguel Carmona y la dramaturgia de Jean-Philippe Lucas-Rubio.

Esta original danza ha contado entre otros, con el apoyo de Fond Roberto Cimetta para la movilidad artística en el Mediterráneo, del Théâtre de Bonneuil, del Relais Mutualiste… y la disponibilidad del Teatro Central, quien ha acogido gran parte de los acontecimiento de esta índole.

‘Même à moi revenue’ que sin duda me dejó buen sabor de boca, ha finalizado hoy con la prolongación de múltiples aplausos después de los dos espectáculos consecutivos esta semana.

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