La escritora juega con la tradicional novela negra

La autora presentó en Sevilla, en rueda de prensa, ‘Invitación a un asesinato’, su última novela negra al estilo de Agatha Christie.

Sara Rosati. Qué podrá pensar una persona que se enfrenta a todas las leyes e instintos naturales de los seres vivos, a la supervivencia personificada. ¿Qué pasara por la cabeza de un suicida? Esta pregunta se la han hecho múltiples sociólogos y psicólogos pero hay varias pautas que se repiten. Parece ser que una de ellas es que cuanto más se tiene, más suicidios se cometen. Curioso. Tal vez sea por ello que los personajes de la novela sean ricos.

La trama se basa en que el personaje principal cita a todos sus peores enemigos en un barco para que la maten. Es escalofriante, pero planea su propia muerte. Tiene un gran paralelismo con una historia real que ocurrió en Costa Rica, cuando un periodista contrató a unos tipos para que lo  mataran y así involucrar al presidente. Parece que “la realidad supera a la ficción”, afirma Carmen.

La historia tiene pinceladas autobiográficas, como en todas las obras de Carmen Posadas, por ejemplo los días en Rusia o la relación entre hermanos. Este último tema le toca muy de cerca ya que ella experimentó esa relación dual entre el odio y el amor con sus propias hermanas, “unas  niñas preciosas, rubias que encima sabían cantar y contar chistes”. Las comparaciones siempre fueron odiosas.

¿Por qué una novela de misterio? Porque este género permite una doble lectura. Tanto diversión para aquellos que sólo quieren descubrir al asesino, como temas de todo tipo como la inmigración, niños robados, eutanasia… siempre tratados con humor, que “es como se deben tratar los temas serios”.

Otro tema importante en el libro, y para la autora en general es el del papel de la mujer. Ella misma se declara post-feminista pero a la vez reconoce que muchas mujeres no han sido valoradas lo suficiente debido a su condición de mujer. Por ello su personaje favorito es una mujer peruana que en un principio trabaja como prostituta y que luego se convierte en una empresaria. Recordó aquel caso de la mujer que preparó a su hija para ser la mujer del futuro (cuatro idiomas, tres carreras…) y que cayó en el error humano de enamorarse por lo que su madre la mató.

A  Posadas le gusta dar rienda suelta a su imaginación, por ello marcó el perfil de la historia a grandes rasgos y comenzó a escribir sin saber ni si quiera quién sería el detective o quien el asesino. Por eso la obra da un giro completo a la mitad, cuando las sospechas cambian su rumbo.Un detalle curioso de estos personajes es que muchos son fruto de la “literatura terapéutica” por la que creas un personaje que te cae mal y luego lo matas. Es gratuito y “no te lleva a la cárcel”. Lo más paradójico es que las propias personas no se reconocen en los personajes, es ahora cuando la vanidad supera a la realidad.

Por último, cabe señalar que el libro nos sorprenderá y sobre todo al final, ya que para Carmen no hay nada como un buen final.

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