El consejero Paulino Plata ha presentado esta muestra que aborda uno de los fenómenos culturales de mayor tradición en el país americano.
Esta colección de exvotos pintados ha sido reunida durante varias décadas por Margarita Contreras y Luis Vicente Elías Pastor como resultado de sus investigaciones etnográficas en México y su interés personal por este fenómeno cultural. En 2008 este conjunto ya formó parte de una exposición temporal organizada por el Museo Etnográfico de Castilla y León, que establecía una comparación entre el exvoto mexicano y el español.
Los exvotos expuestos abarcan una cronología que va desde 1925 a 2004, más dos cuadros que son reproducciones de 1850 y 1870. El exvoto es una ofrenda realizada a un referente religioso al que se quiere agradecer algún beneficio solicitado por el devoto. El exvoto puede materializarse en muy diversas formas y materiales pero alguno de sus elementos siempre alude al hecho o actuación que se agradece a la divinidad, bien sea mediante dibujo, fotografía, reproducción, maqueta, texto, etcétera.
La exposición se organiza en torno a cinco grandes apartados según la temática del hecho agradecido. El grupo más numeroso es el dedicado a las enfermedades graves, ya que la salud se considera uno de los bienes más preciados y terreno especialmente indicado para la intervención divina cuando la ciencia falla.
El segundo conjunto en importancia es el de los accidentes, hechos fortuitos ante los que el hombre se siente indefenso y necesita una protección especial. El tercero agrupa los exvotos dedicados a episodios de violencia, agresiones y presidios, situaciones éstas que en el contexto de la historia mexicana reciente han sido bastante frecuentes.
Florecimiento de la tradición popular
El exvoto pintado en México es hoy un fenómeno plenamente vivo mientras que en España experimenta un lento languidecer desde hace bastantes décadas. Como otros muchos tipos de ofrendas religiosas, se encuadra dentro un hecho más amplio que se suele denominar religiosidad popular.
Entre otras características se distingue porque la relación que se establece con los seres sobrenaturales se configura como si se tratara de personas y se concibe de una manera casi mecánica: a cambio de un favor o servicio pedido a la divinidad se ofrece algo. La desigualdad inherente entre personas y personajes divinos intenta equipararse recurriendo a mecanismos culturales que han sido muy estudiados por los etnólogos en todo el mundo: por ejemplo, la teoría del don o regalo manifiesta que la persona que recibe y acepta un regalo queda obligada a devolver algo de valor equivalente en el futuro a la persona que se lo ofreció.