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A los 92 años se ha marchado uno de los más grandes actores que ha dado la escena española. Manuel Alexandre nos deja decenas de películas y obras de teatro que servirán para recordarle por siempre.

 

Antonio Sánchez-Marrón. A las 7:30 de esta mañana fallecia, en la Clínica San Camilo de Madrid, el último representante de la época dorada del cine español así como una de las grandes figuras del teatro de nuestro país.

Manuel Alexandre nació en Madrid en 1917 y abandonó sus estudios a causa del estallido de la Guerra Civil. Al término del conflicto, ingresó en la Escuela de Dicción de Carmen Seco en la que coincidió y tuvo como compañeros a Fernando Fernán-Gómez y a Rafael Alonso. Los teatros universitarios se convirtieron en sus lugares de práctica y trabajo que le sirvieron para desempeñar su labor en la interpretación a lo largo de siete décadas.

Debutó en el cine de la mano de Luis Lucía en la película Dos Cuentos Para Dos (1947). A este trabajo de descubrimiento se le unirían apariciones en Bienvenido, Mister Marshall, El Verdugo (ambas de Luis García Berlanga) iniciando una fructífera carrera y entablando amistad con los actores de su generación tales como Álvaro de Luna. Por su papel en Plácido (Luis García Berlanga, 1961) recibió su primer galardón en España: el Premio Nacional de Cine.

Posteriormente, sus apariciones en Calle Mayor (Juan Antonio Bardem, 1956), Atraco a las 3 (José María Forqué, 1962) o Historias de la Televisión (José Luis Sáenz de Heredia, 1965) le hicieron un actor respetado dentro del complicado mundo del cine de la época, avasallado por una férrea e inquebrantable (a veces) censura.

Durante el Franquismo siguió colaborando y protagonizando todo tipo de historias. Pero al llegar a la democracia, sus apariciones cada vez se fueron volviendo más comerciales para desembocar de nuevo a lo más alto del cine español en sus colaboraciones con directores como José Luis Garci, José Luis Cuerda, Manuel Gutiérrez Aragon y seguir trabajando con los que le proporcionaron sus primeros papeles en el cine, como Luis García Berlanga.

No podemos cerrar este obituario a Manuel Alexandre sin citar sus amplios trabajos para la pequeña pantalla. Si hemos de rescatar uno, será Los Ladrones Van a la Oficina, auténtica serie mítica dentro de la Historia de la Televisión en España donde compartío cartel con Fernando Fernán-Gómez, Agustín González, Guillermo Montesinos o Antonio Resines. Apariciones en Siete Vidas y obras como La Venganza de Don Mendo o Fortunata y Jacinta le valieron aún más reconocimiento por parte de la crítica y el cariño de todos los aficionados al cine.

Gran aficionado y profundo conocedor del mundo literario, los residentes en Madrid jamás olvidarán las tertulias que tenían lugar en el Café Gijón del Paseo de Recoletos, donde se reunían figuras del cine y la literatura en largas conversaciones en aquel, ya mítico, local madrileño.

En 2003 recibió el Goya honorífico a toda una carrera de éxitos y de interpretaciones sobresalientes. Su última aparición en pantalla fue en la serie 20-N, en la que interpretó a Francisco Franco en los últimos días de su vida.

Descanse en paz, Manuel Alexandre.

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