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En 1987, Roman Polanski realizó una de sus mejores obra en su carrera como director. Frenético, una película de suspense sin descanso que tendrá al espectador en vilo durante todo el metraje.

 

Antonio Sánchez-Marrón. Una de las películas de mi vida sin ninguna duda. Hay obras maestras dentro de las cintas que he visto a lo largo de mi larga carrera cinéfila. Frenético desde luego no lo es. Soy consciente de que se han hecho películas mucho mejores. Pero no puedo evitar pasar por esta sección sin recordar una película muy desconocida, poco exhibida en televisión y con una de las mejores interpretaciones de uno de mis actores favoritos: Harrison Ford.

Merece la pena echar la vista atrás y remontarnos hasta 1987, cuando un consagrado Roman Polanski decide llevar a la pantalla un guión propio co-escrito con Gerard Brach donde un doctor en medicina llega a París a un congreso en compañía de su esposa. A partir de ese momento, todo parecerá una laberíntica historia de suspense e intriga al más alto nivel ya que su esposa será secuestrada.

Durante las dos horas de la cinta, Harrison Ford buscará frenéticamente a su mujer por toda la ciudad viéndose las caras con lo más granado de la sociedad parisina: prostitutas, traficantes de droga y sin mejores cosas a las que dedicarse. Frenético es un thriller auténtico, de los que ya pocos se hacen. Además, recuerdo con cariño esta película puesto que fue la primera película que compré en DVD con mis ahorros en aquellas obsoletas y poco prácticas ediciones con tapa de cartón y un cierre de plástico.

Técnicamente, nada que objetar al fascinante trabajo de Roman Polanski, el director polaco autor de El Baile de los Vampiros, Tess, La Semilla del Diablo y más recientemente El Pianista, la cual le valió el Oscar al mejor director en una gala en la que fue Harrison Ford, precisamente, el que le entregó y recogió el galardón en su nombre.

Rodada íntegramente en París, Polanski demuestra su maestría detrás de la cámara en una historia que no quiero desvelar ya que una sola palabra de más corre el riesgo de destriparle esta notable película que no dejará indiferente a nadie. La credibilidad la aporta Harrison Ford, la sensualidad la da Emmanuelle Seigner (una actriz poco convincente pero que realiza un decente trabajo en esta película) y la nota de suspense la pone Betty Buckley, en el papel de la infortunada esposa de nuestro protagonista.

Si cuando escribí una crítica de la última cinta de Polanski, El Escritor, hice mención al cine de Alfred Hitchcock, me veo obligado de nuevo a rendirle pleitesía al director polaco y su manera de captar el espíritu del director británico así como de homenajearle en una cinta en la que se marca un ritmo que resulta inherente a cualquiera de las mejores obras del inmortal «maestro del suspense».

Todo ello aderezado por una banda sonora del genial compositor Ennio Morricone, el «rey de las tres notas», apodo que yo mismo le puse al descubrir que sus míticas melodías no son más que una serie de acordes cortos repetidos. La Trilogía del Dólar, Cinema Paradiso, Queimada o Novecento así lo atestigüan. A medida que avance la película descubrirá temas musicales ya olvidados como el sensual y precioso Strange de la estrambótica Grace Jones con el que Harrison Ford y Emmanuelle Seigner protagonizarán uno de los bailes más singulares de la Historia del Cine.

Frenético no es una película para disfrutar en una tarde lluviosa, ni es una película para paliar una tarde de aburrimiento. Frenético es toda una obra a descubrir y no esperar a que la emitan de nuevo en la, cada vez, más aborrecible televisión. Frenético es una cinta de obligado visionado para todos los amantes del thriller y el cine de suspense. Acompañarán a Harrison Ford en un viaje por el centro y los bajos fondos de la capital francesa y no pararán quietos en su asiento ante cada movimiento en falso que haga nuestro protagonista.

El metraje nos viene lejano, pero quien sabe lo que puede pasar. Polanski no nos cuenta una historia extraña. Y es que la realidad, muchas veces, supera a la ficción.

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