A good day for living está producido por el sello gaditano Bujío Producciones / Quino Castro

Las Noches en los Jardines del Real Alcázar se llenan esta noche de aires estadounidenses gracias a la música de Dan Kaplan & Krooked Tree, heredera del country, el blues y el folk tradicional norteamericano. Con motivo del Año Internacional del Acercamiento de las Culturas, la banda sevillana presenta en este ciclo su primer trabajo discográfico, A good day for living.

Clara Morales. Fue la música la que trajo a Dan Kaplan a Sevilla a finales de los 80 para realizar sus estudios en guitarra clásica. Los Krooked Tree (‘árbol torcido’) son resultado de su paso por el Conservatorio Superior de Música (donde obtiene los títulos de guitarra clásica y composición) y por distintos proyectos musicales nacidos en suelo hispalense, como el Dan Kaplan Trío, que dio a luz el álbum Iron Horse Songs, en el que Kaplan ilustraba la mítica obra de John Ford El caballo de hierro.

Y este árbol torcido mestizo, como aquellas canciones de ida y vuelta, se construye con sonidos que huyen de la impostura, sobrios y exactos, fieles a las raíces norteamericanas sin resultar rígidos. Esta banda sonora de los lagos (no en vano Kaplan ha compuesto música para cine mudo en festivales de toda España) tiene una extraordinaria capacidad de creación de imágenes: bastan unas notas para dibujar unos abetos, una Maggie May o un Reverendo Brown. Esta noche llenarán el Alcázar del imaginario americano construido con mimo por estos virtuosos, dentro del ciclo que conmemora el Año Internacional del Acercamiento de las Culturas de la ONU, con su primer trabajo discográfico: A good day for living.

Dan Kaplan es, ante todo, un songwriter. Nacido en Brooklyn y criado en Woodstock, tuvo desde niño la influencia de músicos como Lee Hays, leyenda del folk norteamericano, o Artie Traum, con quien aprendió a tocar la guitarra que es hoy una prolongación de sus manos. Tras licenciarse en literatura norteamericana (se aprecia en sus letras luminosas, en el cuidado de las palabras) decidió alejarse del mundo académico y trabajó como leñador y carpintero en las montañas Castkill, en Nueva York. Sus letras hablan, quizás fruto de este contacto directo con la tierra aún virgen de Estados Unidos, de ríos, trenes, fronteras y pan de maíz. Un viaje imaginario a las anchas laderas del río Ohio.

La onceava edición de las Noches en los Jardines del Real Alcázar albergará 75 conciertos hasta el 12 de septiembre. 40 formaciones musicales de música antigua, música clásica, jazz, blues, flamenco y músicas del mundo transformarán los jardines en una puerta a otro espacio y otro tiempo, lejos del calor sevillano, en una de las propuestas  culturales más sólidas del desierto verano hispalense.

 www.SevillaActualidad.com