En la noche sevillana, unos andan con prisas por la calle San Fernando, otros pasean al fresquito que tanto se hace esperar, algunos se atreven incluso a recorrer el centro de la ciudad en bicicleta. Pero hay un grupo de ciudadanos, unos 270 cada día, que decide disfrutar de un mundo que ya no existe. Que se quedó atrás con el tiempo y que ahora vuelve con una belleza inigualable.
Sevilla Actualidad. Sin salir de la calle San Fernando, en el Patio de la Fuente del Rectorado (antigua Fábrica de Tabacos), vuelve cada noche Carmen, la cigarrera más famosa de Sevilla, por ser hija de Merimée y musa de la ópera de Bizet. Allí está, cada noche a las 22:30, liando cigarros como hace casi un siglo, convertida ya en mito.
La noticia a las puertas del Rectorado de la Universidad de Sevilla es el «no hay entradas», que se está colgando en las últimas actuaciones de la obra montada por la compañía sevillana, Producciones Imperdible. 7.000 espectadores dice la organización que ya han logrado, todo un éxito para la oferta teatral veraniega.
El espectáculo gusta tanto a locales como a turistas, quienes han expresado que el idioma no representa un gran impedimento para disfrutar de la actividad, debido a su gran fuerza visual. El escenario, cuyo principal elemento es la antigua fuente, es invadido por el buen hacer de un reparto de 13 actores, siete mujeres y seis hombres.
La directora del montaje, Gema López, ha cuidado hasta el mínimo detalle: un estuario de época, pero ligeramente destilado para resultar más elegante; una música de raíces clásicas con acordes flamencos; y proyecciones que envuelven de color y de sensaciones la piedra vieja de la Universidad.
Si aún no ha ido a verla, aún tiene hasta el 1 de agosto para verla. Allí, con su pose tan sevillana, cigarrera ella y con mucho orgullo. Las representaciones pueden verse de martes a domingo. Las localidades se podrán adquirir en una taquilla habilitada en el Rectorado o en www.entradas.com, al precio de 15 euros, con descuentos para estudiantes (7 euros) y grupos (11 euros).