Saramago siempre vivió en el mundo de las Letras/fundacionjosesaramago

José Saramago Murió ayer en Lanzarote, tras una larga trayectoria literaria que ha sido una de las mejores el siglo XX con el reconocimiento de un premio Nobel.  Numerosas personalidades lloraron la muerte de «la voz de los débiles» .

José Balboa. Ayer tuvimos una de las peores noticas del mundo literario, la muerte del gran escritor portugués José Saramago tras una leucemia crónica, sí, el primer premio Nobel de literatura de lengua lusa.

El 16 de noviembre de 1922 nació esta celebre figura de la literatura mundial en Azinhaga (Portugal). Antes de responder a la llamada de la literatura trabajó en diversos oficios, desde cerrajero o mecánico, hasta editor, realizando de todas maneras un maravilloso trabajo.

No solo está triste el mundo literario, sino todo el planeta Tierra. Incluso la Diputación de Granada, que nombró hijo adoptivo de la provincia al escritor portugués en 2006, declaró el lunes día de luto oficial por su muerte, que para la institución ha supuesto la pérdida de «un ejemplo de coherencia y compromiso», según su presidente, Antonio Martínez Caler. La Diputación, que exhibirá sus banderas a media asta, recuerda en un comunicado la «intachable» trayectoria intelectual de Saramago, entre cuyos compromisos personales se encontraban «esta provincia y sus gentes, reflejados en su obra y en su vida”.

Tras tener todos esos trabajos, que son el antecedente de una enorme y magnífica carrera literaria empezando en 1947 con su primera novela ‘Tierra de Pecado’, Pese a las críticas estimulantes que entonces recibió, el autor decidió permanecer sin publicar más de veinte años porque, como él afirma ahora “quizá no tenía nada que decir”.

Otros grandes personajes andaluces lloran la muerte del gran autor como es el pintor onubense Emilio Fornieles, apadrinado por José Saramago desde que se conociesen en 2007, lamentó la muerte del que ha definido como «el gran pensador, el gran humanista, el gran escritor y la gran persona».

Fornieles conoció la noticia mientras entregaba unos premios de pintura en Huelva, y ha señalado que «me ha impactado la noticia, y ahora mismo sólo pienso en lo que aprendí de él y en ir a Lanzarote cuanto antes para acompañar a la familia». Recordó además que Saramago quedó impactado con su obra en 2007, y que fue una de las personas que supo que se casaría con Pilar del Río en Castril (Granada), a los pocos días de conocerlo.

Sin embargo, a finales de los sesenta se presentó con dos libros de poemas: ‘Os poemas possiveis’ y ‘Provavelmente alegría’ (parte de un ciclo que completaría en 1975 con ‘O ano de 1993’). Puede que la demorada publicación de sus textos sea el motivo por el que numerosos críticos lo consideran un «autor tardío». Y quizá sea cierto, aunque ello en modo alguno vaya en contra de una cuestión mucho más importante: Saramago es dueño de un mundo propio, minuciosamente creado, libro a  libro, y su obra lleva muchos años situándolo en el primer plano literario de su país.

De todas maneras haya sido un escritor criticado bien o mal, ha sido el mejor pensador y escritor portugués, incluso podríamos decir que lo seguirá siendo por mucho tiempo porque ya en sus primeras publicaciones en prosa ‘Manual de pintura y caligrafía’ en 1977 y ‘Alzado del suelo’ publicado en 1980, lo acreditan como un autor de indiscutible originalidad, por su controvertida visión de la historia y de la cultura.

No obstante, la celebridad y el reconocimiento a escala internacional le llegan con la aparición en 1982 de su ya legendaria novela ‘Memorial del convento’, a la que siguió ‘El año de la muerte de Ricardo Reis’. En esta última, su precisa y sentimental indagación del universo de Fernando Pessoa se convierte casi de inmediato en una obra de culto, que cruza todas las fronteras.

Pésames de la Junta y del Ayuntamiento de Sevilla

También el Gobierno andaluz lamentó la muerte del escritor, calificándola como una página de luto para la literatura «por su condición de figura universal de las letras». Según un comunicado de la Junta, el escritor alcanzó esta dimensión «por la fuerza de los hechos y el deslumbramiento de su pensamiento convertido literatura, más allá de su condición de Premio Nobel de Literatura en 1998″. Se trata, según el presidente andaluz, José Antonio Griñán, de «una desaparición sentida especialmente entre los andaluces por su condición de embajador de Andalucía, a la que no dudó en identificar en sus intervenciones como su casa, pese a no ser su tierra de nacimiento, pero sí de acogida».

También el alcalde de Sevilla, en nombre de toda la Corporación municipal, quiso tener un último recuerdo de «uno de los grandes de la literatura universal», que estuvo por última vez en Sevilla con motivo de la presentación de su biografía ‘José Saramago. La consistencia de los sueños’.

Como ya se sabe, el trabajo narrativo de José Saramago goza de una admiración sin límites, que cada nuevo título va confirmando: ‘La balsa de piedra’ de 1986, ‘Historia del cerco de Lisboa’ de 1989, y ‘El evangelio según Jesucristo’ de 1991. Todos estos textos, que suscitan tantos elogios como reñidos debates, consagran a José Saramago como una de las principales figuras de la literatura de este siglo.

Otras reacciones de personalidades andaluzas o nacionales son las de Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, que aseguró que desaparece “el más firme heredero de una larga tradición: el iberismo portugués, pocos como él han amado y conocido tan profundamente las dos culturas”. Caffarel definió al único Nobel luso como “un escritor arriesgado que supo mirar con su agudo sentido crítico muchas de nuestras llagas: la muerte, las guerras los abusos de poder”.

Distinguido por su labor con numerosos galardones y doctorados honoris causa (por las Universidades de Turín, Sevilla, Manchester,entre otras), José Saramago ha logrado compaginar sus viajes y su labor literaria con su amor a Lisboa y su estancia en Lanzarote, la tierra que ha vivido su muerte.

La Universidad de Sevilla se siente hoy «orgullosa de tener en su equipo de doctores a este escritor portugués, pensador, humanista,  y filósofo». Y es el legado de Saramago no podrá borrarse nunca de la memoria de nuestra generación. Tuvismo suerte de nacer, crecer y aprender a leer bajo la influencia de sus textos.

Como dijo anoche José Luis Rodríguez Zapatero, “La voz de los débiles”, no se callará nunca, porque aunque su físico haya muerto, su alma, sus textos y su mirada crítica hacia la vida de hoy día seguirá con nosotros mucho tiempo.

Su leyenda siempre estará viva en el paraíso de las letras al que tanto aportó. Ayer la pluma del genio derramó una última gota de tinta en señal de duelo. Descanse con la misma paz conque escribió su vida.

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