El tibio estreno –y las siguientes representaciones- en el Teatro de la Fenice de Venecia el 6 de marzo de 1853 no presagiaron el impacto posterior que el título llegaría a conquistar en el corazón del público. / teatromaestranza

La genial ópera de Verdi se podrá ver desde esta noche a partir de las  20:30 horas en el teatro sevillano. Además de hoy, el público podrá deleitarse con una de las mejores obras de la lírica los días 12, 14, 15, 17 18 y 20 de este mes. Las localidades, que se pueden adquirir en taquilla, por teléfono o por internet, tienen un precio que oscila entre los 37 y los 91 euros.

Sevilla Actualidad. “La Traviata” es, quizá, la obra más aclamada de Giuseppe Verdi, o lo que es lo mismo, una de las grandes cimas del teatro lírico de todos los tiempos. Si Verdi (1813-1901) creía que “Rigoletto” era su mejor obra “desde el punto de vista profesional”, “La traviata” ocupaba el mismo rango “desde el punto de vista del amateur”. Sin embargo, el tibio estreno –y las siguientes representaciones- en el Teatro de la Fenice de Venecia el 6 de marzo de 1853 no presagiaron el impacto posterior que el título llegaría a conquistar en el corazón del público, que sólo la hizo definitivamente suya a partir de las funciones –algo retocadas por Verdi- en el Teatro Gallo de San Benedetto en mayo del año siguiente, 1854.

¿Y cuál es el secreto de ese éxito? Por una parte, la historia realista, burguesa e íntima, del melodrama en tres actos de Francesco María Piave basado en “La dama de las camelias” de Alejandro Dumas (novela de 1848) posee una contundente simplicidad trágica que combina con maestría la historia inmoral de una cortesana –Violetta Valery- que desafía la moral convencional –el texto del libreto fue alterado en muchos estrenos italianos para “rebajar” su alta temperatura erótica- y se enamora de Alfredo, un personaje ambivalente –gigoló y franco enamorado- al que abandona conminada por un padre (Giorgio Germont) que encarna la recta autoridad del orden moral, para acabar muriendo de una tuberculosis –el mal romántico por antonomasia- en la que, como en las muertes de las turbias heroínas de los “westerns”.purga e inmola su pasado.

Exacto retrato del París mundano, une un riquísimo retrato psicológico de sus personajes, un tratamiento musical minuciosamente ajustado al dibujo de las turbulencias internas de los protagonistas y un irresistible despliegue vocal, cuajado de grandes momentos, pletórico de emocionantes arias, de grandes recitativos melódicos y de intensos pasajes que son, casi, teatrales parlatos.

Más una figura de una potencia insólita: Violetta Valery es, sin duda, una de las grandes heroínas de la lírica universal. En palabras de Verdi, una auténtica y fascinante “donna di prima forza”. Vocalmente, el papel es tan atractivo como tormentoso: es un lugar común afirmar que el de Violetta aúna tres sopranos en una sola: comienza en soprano ligera, deriva a lírica y muere dramática. Además, exige de sus cantantes un extra imprescindible: una gran capacidad de interpretación teatral, pues el libreto de Piave y el flujo continuo, sin fisuras, de la partitura de Verdi arrastra a Violetta –y al resto de los personajes y singularmente a Giorgio Germont, en el intenso Acto II- a un carrusel de grandes emociones que deben atrapar el corazón del espectador. Algunas de las más grandes sopranos de la historia, con distinción estelar para Maria Callas, hicieron de Violetta su estandarte: Renata Scotto, Raina Kabaivanska, Ileana Cotrubas, Mirella Freni, Renata Tebaldi o Mariella Devia son una constelación de grandes divas que han atestiguado, y dado forma, el magnetismo del personaje.

El Teatro de la Maestranza ha hecho de “La Traviata”, junto a la “Turandot” de Puccini, su gran apuesta lírica de la temporada. En una producción del Teatro de la Ópera de Roma con dirección escénica de Franco Zeffirelli, de amplia y reconocida trayectoria y musical de Andrea Licata –que en 1999 ya dirigió “Cavallería rusticana” e “I pagliacci” en el Maestranza-, el Teatro presenta siete funciones a cargo de un impactante doble reparto. A las presencias de Norah Amsellem, Teodor Ilincǎi, George Petean y Fabio Capitanucci, se unen las de los andaluces Ismael Jordi (Jerez, 1973), uno de los grandes Alfredo del momento, y Mariola Cantarero (Granada, 1978) –que debuta el papel- dos de las voces más atractivas y pujantes de la escena internacional, donde ya han consolidado sus trayectorias con rotundos y múltiples éxitos.

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