El grupo ‘Sparring Son’, formado por Sergio Domínguez y la actriz y cantante Rebeca Torres, traerán al teatro sevillano La Imperdible ‘Viaje al crepúsculo del amor’.

El grupo ‘Sparring Son’, formado por Sergio Domínguez y la actriz y cantante Rebeca Torres, traerán al teatro sevillano La Imperdible ‘Viaje al crepúsculo del amor’. La obra, que une danza, canción de autor e interpretación, se despide hasta agosto de los escenarios, mes que se representará en los Jardines de la Buhaira.

Sevilla Actualidad. Las representaciones podrán verse el viernes 28 a partir de las 21,00 horas, el sábado 29 de mayo a las 21,00 y 23,00 horas, y el domingo 30 a las 20,00 horas.

Álvaro Gandul ha dirigido el proyecto junto a la colaboración del bailarín y coreógrafo Manuel Cañadas y el actor, jefe de casting y director de teatro y cine, Julio Fraga. Gandul cuenta con una larga trayectoria en la que ha trabajado con artistas reconocidos internacionalmente como Raimundo Amador, Rosario Flores, Kiko Veneno, Manolo García, Jackson Browne o John Cale

Álvaro Gandul, además, es uno de los músicos del espectáculo, en concreto es el encargado de los teclados, piano y acordeón. Otros tres músicos completan el elenco instrumental, Dani Galiano con la batería y la percusión, Félix Roquero de violinista y gitarrista y Roberto Alda en el bajo. Esos cuatro músicos acompañan a ‘Sparring Son’ e inician un nuevo viaje artístico que pasea de la canción a la coreografía para crear una relación «íntima y especial» en un tiempo concreto y un espacio.

El dúo artístico interpreta en algo más de una hora trece textos que son a la vez trece canciones, pasajes y bailes y que empujan al espectador a sentir y a vibrar gracias a una  receta que juega con los ingredientes de una «noble y muy honesta» puesta en escena: la luz, la interpretación, el baile, la voz, la música, etcétera.

Sergio Domínguez escribe las letras y las composiciones de ‘Viaje al crepúsculo del amor’, y en la garganta de Rebeca Torres, son un poema al amor, al sentimiento, a vivir y respirar. Con una producción rayana en la exquisitez, pero a la vez bizarra, cabaretística y circense, las canciones reflejan ese canallismo «delicado y tierno» al que ayuda el humor inteligente.

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