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Los efectos tridimensionales son la mayor novedad de ‘Alicia en el País de las Maravillas’, en una película que, además de su alta calidad técnica y estética, no aporta una historia original y apasionante. La mano de Tim Burton, no obstante, se nota en la construcción de los tan detallados escenarios.

Ángel Espínola. Definitivamente el 3D es una innovación que viene para quedarse. El uso de esa tercera dimensión en ‘Alicia en El País de las Maravillas’ lo demuestra. El espectador se sumerge en un mundo de fantasía al que regresa la protagonista del antiguo cuento de Lewis Carroll. Ahora, la misión es acabar con la tiranía de la Reina Roja con la siempre eficaz ayuda del Sombrerero loco y sus inestimables amigos de ese mundo fantástico.

Alicia ya se ha hecho mayor, y con ella la tecnología que la extrapola a la tercera dimensión. Sin abusar en exceso de los efectos 3D, aunque sí un poco del plano subjetivo, lo cierto es que hay muchas ocasiones en las que el espectador cierra los ojos porque se le viene algo encima. Es una sensación muy similar a los que tuvieron que sentir los asistentes a la primera proyección de ‘La llegada del tren a la estación’, de los hermanos Lumiére.

Tras esa proyección quedó claro que el cine se acabaría convirtiendo en  un nuevo arte y de ésta, podemos concluir que el cine no ha muerto como cantan muchos, sino que avanza a pasos de gigante. La impresionante estética de Tim Burton, junto con un colorido espectacular, conceden al film una calidad técnica máxima. Realmente el espectador se sumerge en ese mundo de magia y ensoñación.

Si bien, excluyendo los elementos y personajes que aparecían en la antigua versión cinematográfica, los guionistas de Burton no han aportado una historia nada original a un proyecto pensado, desde sus primeras líneas, para alcanzar el éxito en taquilla. Jhonny Deep con su particular forma de actuar cuaja un buen papel, pero el resto de personajes no terminan de concordar con los espectaculares escenarios.

Así, el efecto de 3D es la nota más original de una película que no pasará a los anales de la historia del cine más que por sus ventas. Pero algún día, no muy lejano, las tres dimensiones se generalizarán a todo tipo de películas menos industriales y el mundo del cine habrá dado un gran paso para seguir creando arte audiovisual. Un consejo para ‘Alicia en el País de las Maravillas’: véanla en tres dimensiones o no paguen por presenciar en 2D una película poco original.

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