En el corazón de Sevilla, un lugar mágico y concurrido une la plaza del Duque con la calle Sierpes y otras arterias del casco histórico. Este lugar emblemático es conocido como «La Campana», y su historia es tan fascinante como su ambiente actual, tal y como relata el periodista José Ángel Ríos en un hilo de Twitter.

La primera referencia a este nombre data del año 1666, pero La Campana tiene un origen aún más curioso y profundo. Antes de llevar este nombre, la zona era conocida como la «calle de Pasteleros» debido a la abundancia de establecimientos dedicados a la producción de dulces. Uno de los tesoros más antiguos de esta calle es la confitería La Campana, fundada en 1885. Su legado endulza los corazones de sevillanos y visitantes hasta el día de hoy.

Pero, ¿cómo surgió el nombre «La Campana»? La leyenda cuenta que su origen proviene de un antiguo almacén ubicado donde se encuentra hoy la confitería homónima, el cual el Ayuntamiento utilizaba como parque de bomberos. En lo alto de este edificio se encontraba una campana que se utilizaba para alertar a los operarios y vecinos en caso de incendio. Aunque no existen pruebas documentales de la existencia de esta campana, la historia oral se ha encargado de transmitir esta curiosa anécdota. Cuando finalmente se derribó el edificio, la campana corrió la misma suerte.

Un dibujo para mantener vivo el recuerdo

Para mantener viva la memoria de este objeto, alguien pintó una campana en la fachada de un edificio cercano, y así nació el nombre «La Campana». Desde entonces, el nombre ha perdurado en la historia de Sevilla como un homenaje a un pasado lleno de tradición.

Además de su rica historia, La Campana ha sido inmortalizada en la literatura y el cine. La encontramos en obras como «Juan Belmonte, matador de toros» de Manuel Chaves Nogales y «La piel del tambor» de Arturo Pérez-Reverte. Incluso el legendario director de cine Luis Buñuel la incluyó en su película «Ese oscuro objeto del deseo».

La Campana, papel esencial en la Semana Santa

En la vida de Sevilla, La Campana también tiene un papel esencial. Es el punto de partida de la carrera oficial en la Semana Santa, el lugar donde las procesiones inician su recorrido. Esta zona ha experimentado numerosos cambios a lo largo del tiempo, y en su historia arquitectónica, destaca el Café París, diseñado por el renombrado arquitecto Aníbal González en 1906. A lo largo de los años, este edificio ha tenido diversas funciones, desde albergar el Banco Hispanoamericano hasta convertirse en el conocido Burger King de hoy.

La Campana de Sevilla es un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan en un rincón lleno de encanto y vitalidad. Pasear por sus calles es una experiencia única, un viaje en el tiempo que nos permite apreciar la riqueza cultural y la tradición de esta ciudad histórica.

Alba Canovaca

Alba Canovaca

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.

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