La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico en funciones, Patricia del Pozo, ha presentado los resultados de la restauración realizada por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) de tres tablas pintadas al óleo propiedad de la Universidad Loyola, de finales del siglo XVII, próximas al pintor Esteban Márquez, seguidor de Bartolomé Esteban Murillo.

Las tablas, denominadas «El Salvador», «San Bartolomé» y «San Andrés» han sido restauradas por técnicos del IAPH durante un período de diez meses. Hasta esta actuación «se desconocía la historia material y la autoría», tal y como ha explicado Del Pozo, aunque sí constaba que hasta 2021 estuvieron en la residencia de los Padres Jesuitas de la calle de Jesús del Gran Poder de Sevilla.

Ahora, a la luz de los estudios realizados tras la restauración de estas tablas en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, «se puede afirmar casi con toda seguridad que, por su morfología y estado de conservación, formaban parte de un retablo de estilo barroco», ha añadido.

Respecto a su adscripción cronológica, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico considera, además, que se puede encuadrar a finales del siglo XVII y próxima al pintor Esteban Márquez, seguidor de Murillo. Todo ello teniendo como base la comparación estilística y misma temática con otras de sus obras autógrafas.

Un mismo patrón

En cuanto a las características constructivas, los técnicos del IAPH han determinado que las tres tablas «siguen un mismo patrón». Los soportes están todos formados por tres paneles de madera, de variable dimensión de anchura, dispuestos en sentido vertical siguiendo la dirección de las fibras de la madera y ensamblados a unión viva.

Por la morfología de las tablas, añaden, se puede deducir que fueron intervenidas posteriormente para hacerlas exentas de su ubicación original, aunque no se tienen datos documentales de ello.

Las tres pinturas presentaban «un buen estado de conservación», ha indicado la consejera de Cultura, siendo los daños más destacables y generalizados los relativos al estrato pictórico, con las alteraciones comunes ocasionadas por las características propias de los materiales, los factores externos de carácter medioambiental, y la degeneración inevitable del transcurso del tiempo.

Desde el IAPH, se realizó en primer lugar una documentación gráfica y fotográfica de los aspectos técnicos constitutivos, así como del estado de conservación. Posteriormente también se hizo un seguimiento de los procesos realizados, mediante barrido fotográfico digital de alta resolución, examen por fluorescencia ultravioleta, estudio radiográfico y barrido del conjunto pictórico a través de la reflectografía de infrarrojos.

Como criterio general, se ha actuado en la consolidación del soporte pictórico y fijación de estratos. Y, como señalan los técnicos, ha sido muy destacable ha sido la limpieza de barnices oxidados y retirada de repintes, que sobrepasaban las lagunas originales, así como la reintegración cromática y protección final, que han permitido la recuperación de la lectura formal y presentación estética de la obra.