Sevilla es una ciudad repleta de vestigios de las civilizaciones que la poblaron años atrás. Desde la muralla almorávide de la Macarena a los Reales Alcázares de la Spali de tiempo de los godos, pasando por la Torre del Oro almohade, los restos históricos que cuentan la historia de la capital hispalense conforman un conglomerado de monumentos que con el paso de los años va aumentando.

Es el caso del último gran hallazgo encontrado en una de la Fundación Rojas Marcos, en el número once de la calle Castelar, en pleno barrio del Arenal. Se trata de una antigua muralla islámica, con un excelente estado de conservación que ha permitido conocer los materiales y las técnicas empleadas durante su construcción, en el siglo XII. Esta muralla, descubierta en enero de 2021, será visitable tras el acuerdo entre la Fundación y la Junta de Andalucía.

Un tesoro oculto y bien conservado

Al permanecer tantos años cubierto bajo una capa de enfoscado, el tramo de diez metros de la muralla islámica de Sevilla que ahora sale a la luz es un testimonio único de los métodos y los materiales de construcción empleados, según las conclusiones del equipo de arqueólogos encabezado por Miguel Ángel Tabales, arqueólogo jefe de esta investigación.

Una de las últimas revelaciones que el trabajo de Tabales y la arquitecta Cristina Vargas Lorenzo ha arrojado ha sido el de la existencia de una torre que fue destruida en el siglo XX para la construcción del patio de una vivienda. Estas modificaciones provocaron grandes grietas en la muralla «coincidentes con las separaciones horizontales de varios cajones». Según los arqueólogos autores del descubrimiento, estas grietas aparecieron por el «cambio de presión» que provocó la destrucción de la torre.

La restauración fue llevada a cabo por la prestigiosa restauradora Maite Béjar, quien calificó de «inmejorable» el estado del lienzo de una muralla que conserva muchos elementos originales. La estructura cuenta incluso con ladrillos de diferentes épocas, tal y como relató Béjar en una entrevista para ABC de Sevilla.

El hallazgo de la calle Castelar, una construcción «presuntamente almohade»

La construcción de la muralla es encuadrada por los arqueólogos en el siglo XII, es una obra «presuntamente almohade» y se alza sobre «cuatro bancadas o hilos de tapia». Los investigadores han destacado de esta construcción su «consistencia» y «la fina selección de la tierra y la diminuta calibración del árido, compuesto por cantos rodados menudos».

Su origen podrían datar del año 1169, tal y como detallan los arquitectos. Obra de Abu Yaaqub, sufrió grandes daños en el lienzo exterior a causa de una gran riada que asoló la ciudad en la época.

El objetivo del protocolo firmado por la Junta con la Fundación Alejandro Rojas Marcos es formalizar las labores necesarias para la conservación de este hallazgo en la calle Castelar y, en el plazo de tiempo más breve, abrirlo a las visitas públicas, acompañado de toda la información extraída de los estudios que aún se encuentran realizando los arquitectos.

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