Magnífico, brutal, impresionante. Wim Vandekeybus es uno de los más grandes directores y coreógrafos en el actual mundo de la danza y ahora vuelve a Sevilla (ayer viernes y hoy sábado, Teatro Central) con su compañía ‘Última vez’ en lo que es uno de lo mayores espectáculos de la temporada: ‘nieuwZwart’ (‘nuevoNegro’).

Miguel Ybarra Otín. Lleno de fuerza de principio a fin, crudeza, desnudos, ritmos frenéticos de música en directo (dos guitarras y batería), exquisitas coreografías y unos bailarines que rebosan clase y elegancia. Wim Vandekeybus firma dirección, coreografía y escenografía. La acción sigue un texto de Peter Verhelst y el rockero Mauro Pawlowski -uno de los guitarras- está al mando de la música: a veces pausada y en tono de misterio, después furiosa, desatada, con una contundente batería y momentos de auténtica locura. Danzan siete bailarines (más quien va narrando el texto, que puntualmente interactúa) realmente virtuosos, enormes, siempre con un ritmo frenético al tiempo que una magnífica limpieza en la ejecución de cada movimiento.

Una mínima iluminación va creciendo para permitirnos adivinar cuerpos sobre el escenario. Esos cuerpos están desnudos. Comienza el espectáculo. El texto de Verhelst es un poema titulado ‘Entre paredes que no están bajo un tejado que es imposible que esté sobre un suelo de nada’ y nos habla de quien camina días y días por la montaña, quizás en un viaje hacia sí mismo. El suelo del escenario es la fotografía de una flor miles de veces ampliada. Y sobre ese escenario, en una pequeña plataforma colgada a unos dos metros, se encuentran los músicos.

Llegan las notas, se visten los bailarines tras interpretar en un principio la locura animal. El talento de éstos intérpretes -Tanja Marín Friðjónsdóttir, Dawid Lorenc, Bénédicte Mottart, Olivier Mathieu, Máté Mészáros, Ulrike Reinbott e Imre Vass- luce en coreografías perfectamente pensadas y trabajadas.

Éstas tratan sobre “el cuerpo en su tiempo, el alma eterna y las peligrosas pasiones humanas”, en palabras del folleto de la obra. “Los cambios acelerados de un cuerpo en su medio ambiente, los irrevocables e inevitables instintos de la naturaleza y el poco sentido que dan los seres humanos actualmente a su existencia; la perspectiva de unos pensamientos inmorales, absurdos y asociativos en un cuerpo con velocidad, suspense y temperamento emocional…”.

Tras traer a Sevilla ‘In spite of wishing and wanting’ (1999), ‘Scratching the Inner Fields’ (2002) y ‘Blush’ (2003), Wim Vandekeybus era ahora de nuevo muy esperado y levantó al público de sus asientos. En opinión de quien escribe, lo mejor de la temporada junto a los también belgas de Peeping Tom (’32 rue Vandenbranden’). No se la pierdan hoy si tienen ocasión. ‘nuevoNegro’ es una maravilla.

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