Novela, ensayo, artículos periodísticos. Eva vive en el mundo de las Letras

Capítulo IV: “…Aquella Sevilla tan ajena a los hijos malditos que le crecían en las entrañas”. Memoria de Cenizas.

Le cuesta encontrar al entrevistador chovinista tantas razones para odiar a veces a esta ciudad. Así que voy tirando poco a poco del hilo, para encontrar el motivo que llevó a Eva Díaz a mostrar la belleza de la Sevilla de otro siglo  en sus novelas. “La parte que más me gusta es toda la de las iglesias mudéjares. Los alrededores de San Luis y Santa Paula. Perderme por estas calles me sirvió muchísimo para Hijos del Mediodía. Ahí está la Sevilla de los años 20. Te asomas a algunos corralones de artesanos, y parece que estoy viendo una fotografía de los años 30. Es una zona congelada en el tiempo”.

Una novela en la que viaja en este tiempo, junto a Fernando Villalón, Collantes o Alberti hasta la Exposición Iberoamericana de 1929. “Es un tema muy olvidado. Novelescamente ha sido tratado muy poco la exposición. Sólo algunos autores como Antonio Burgos o Romero Murube le dedicaron algunos textos. Creo que fue un evento muy importante, aunque fue un gran fracaso también. Cuyas deudas se arrastraron durante décadas”.


«Le tengo tanto respeto a la poesía, que no me atrevo a escribirla»


Vuelve entonces a tirar dardos contra el casticismo de este frívolo enclave. “Parece que la ciudad sólo cambia cuando se le da un empujón de estos. Creo que en el 29 es cuando Sevilla sale verdaderamente del siglo XIX.  Cuando cambia urbanísticamente y aparecen conceptos más de ciudad moderna. Es una Sevilla muy atractiva, porque había cierta modernidad que contrastaba con la ciudad tradicional de siempre. Ese contraste, que sigue existiendo hoy día”, explica con el tono de lectura de cualquiera de sus textos.

Eva se atreve con cualquier aspecto de la literatura. Ha escrito novela, ensayo, artículos literarios para periódicos, incluso crítica teatral. No obstante, la poesía, esa gran olvidada, no entra en sus planes de futuro. “Le tengo tanto respeto a la poesía, que no me atrevo a escribirla. Me encanta, y soy una gran lectora de poesía. Creo que cuando hay un buen poemario, hay literatura quintaesenciada”, comenta con ilusión. “Aunque si es cierto que los poetas son un poco prepotentes algunos. A los narradores los tratan como los zapateros de los vicios”.

Con estas palabras de literatura, como no puede ser de otra forma con Eva Díaz Pérez, se acaba la entrevista. Me invita al café y se muestra cercana a  la hora de compartir las experiencias que ambos, entrevistador  y entrevistado, compartimos a lo largo de nuestra profesión. Finalmente, nos despedimos a las puertas del imaginado, por una hora, café de tertulias. Allí se quedan Lorca y Machado. Uno esperando a Cernuda y el otro componiendo una nueva poesía.

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