La literatura ha retratado e inmortalizado importantes momentos de nuestra Historia. Hoy, los libros nos permiten conocer de primera mano qué sucedió entonces. Instantáneas de décadas que se conservan para la posteridad entre las tapas de una edición descatalogada o, simplemente, recuperada de las bibliotecas más remotas. Paseamos por la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que, en este 2009, alcanza su XXXII edición.

Antonio Campos. Decidido a pasearse por ella, quien visita la XXXII Feria del Libro Antiguo y de Ocasión se introduce en el túnel del tiempo. Próximo a los stands huele a viejo, que no a antiguo. Bueno, a antiguo también. Y eso que no todos los libreros sobrepasan los sesentaytantos. Es la reconciliación de Sevilla con su historia. Con la suya propia, como ciudad y como provincia, y con la de quienes nos asomamos a una muestra que se convoca cada año pero que nunca se repite. Y eso que aquí, pocos best-sellers hay de los últimos meses.

Y los que hay, vienen de vuelta. Los compró un ávido lector que pronto se arrepintió. Por eso se muestra en la feria. Es de segunda mano. O tal vez no supo hacerle sitio y se vio obligado a empeñarlo. Será que no merece la pena releerlo con el paso del tiempo. El visitante de la feria lo sabe, por eso el libro de segunda mano es el que menos éxito tiene. Por eso calientan banquillo más tiempo que los de autores clásicos de la literatura.

En cualquier caso, la exposición puede sorprender incluso al más asiduo a frecuentar estos lares. En un primer paseo por la Plaza Nueva, recaemos en el Asilo del libro. Es el embajador valenciano en Híspalis. Nos sorprenden curiosos ejemplares en los que queda inmortalizada la historia de Sevilla. El periodista hace su primer desembolso. Por una sola moneda de euro, ha encontrado un documentado repaso por la historia de la prensa sevillana que se remonta décadas atrás. Hay más. Pero no se puede elegir todo.

Abril de 1983. La conocida tonadillera Isabel Pantoja y el torero Paquirri se dan el sí quiero. Cuenta la revista Hola en su portada que se ha hecho con las fotos del enlace en exclusiva, y muestra una de ellas a todo color. El coleccionista puede recuperar este valiosísimo ejemplar por apenas unos euros. Al tomarla para ojearla nos damos cuenta de que, también en el montón, está otro de los ejemplares de la aún revista señera del corazón. En esta otra la protagonista es bien distinta. Se trata de Lady Dy. Parece que ella también se casa.

Ya entonces la imagen adquiría gran importancia, como podemos observar. Tal vez por ello, la feria nos ofrece, también, algo más que textos y palabras coherentemente entremezcladas. Laurence Shand se anuncia como autor de grabados profesional. En su stand se retratan para la posteridad escenas tradicionales de Sevilla. Son las estampas del costumbrismo sevillano, en blanco y negro. Pero también de lo que ha vivido en sus últimas centurias la capital andaluza. Queremos una para enmarcar. Las hay también más pequeñas, pero nosotros queremos ponerla en el estudio. Son diez euros, nos dice Shand. Habla español, por supuesto.

Retazos de la Historia

Es la memoria gráfica de una ciudad con historia. Memoria también recuperada por el Ayuntamiento, sin bandos. Así era la feria de abril en 1800 y así partían de Sevilla los rocieros con sus carretas. Hace mucho tiempo de esto. El servicio de archivo y documentación, nos cuentan, se ha encargado de recuperar este legado. Son las tradiciones de un pueblo en fotografías y retratos.

Ciudadanos que también vivieron y pasaron por épocas más convulsas. Triunfan los libros sobre la II República, la Guerra Civil y el franquismo. Incluso sigue siendo una habitual en varios expositores la Constitución republicana. Sus colores atraen rápidamente nuestras miradas. ¡Qué tiempos aquellos!, empieza a pensar uno… pero la abstracción dura poco. Nuestra historia, amén de constituciones, puede dibujarse también a través de la monarquía. “Las reinas de España”, reza la portada de otro ejemplar. Cuánta tolerancia en tan pocos metros cuadrados. El periodista se quedaría con los dos, pero mejor guardar lo poco que nos queda suelto para cualquier otra sorpresa en la Feria del Libro Antiguo.

“Juanito Montes, primer español que logra el ascenso del Sella”. Es el 4 de agosto de 1963 y ya entonces estaba el diario Marca para contarlo. Apenas costaba unas pesetas este ejemplar, pero hoy se ha revalorizado. Cinco euros nos dicen en la librería Al Tossal, también de Valencia. Seguro que lo que puede parecer una selección aleatoria de periódicos deportivos de los sesenta, setenta y ochenta o una descuidada hemeroteca a la que muchos ejemplares le faltan para institucionalizarse a alguien le puede interesar. “¿Tienes alguno de cuándo Maradona y el mundial?”, escucho que preguntan a mi derecha. Dudo que éste esté en venta. Y no, no lo tiene.

Lo cierto es que la única cantinela que suena durante todo el recorrido es la de las preguntas de uno y otro. No hay hilo musical. Esto difiere y mucho de otras ferias del libro. Hablando de música, también los hay que aún conservan partituras de reconocidos artistas de la historia. Están plastificadas. Seguro que a más de uno le apetece volver a recrearse en melodías clásicas de décadas pasadas. Son joyas musicales.

“En un fogón de la Mancha…”. Cuentan que en tiempos del Quijote no sólo había grandes molinos como adversarios y héroes a caballo. También se comía bien, aseguran. En este libro, se recogen al menos recetas de la época. Es la cocina manchega de siempre, la que llevó a gala y allende las tierras con todo orgullo el ilustre personaje de la literatura hispánica.

Son casi las dos de la tarde y, hablando de comida, el estómago del que escribe empieza a hacerse notar. Habrá que dejar la feria para una segunda vuelta, porque huelga decir que un par de horas no bastan para salir satisfecho. Seguro que aún quedan historias por descubrir. Días, al menos, unos pocos. Hasta el martes 8 de diciembre, que así se aprovecha el empuje del puente festivo de la Inmaculada.

La Asociación de Amigos del Libro Antiguo está satisfecha con una edición más. Y no es para menos. “Sólo se mueren los tontos”, dice A. de la Iglesia en el último título que se nos graba en la retícula. Y aquí la verdad es que, entre quienes firman las pastas de los textos de nuestra historia, pocos tontos hay. Por eso la feria está más viva que nunca.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...