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El bailaor fue director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía, compañía para la que creó las obras ‘Metáfora’ y ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’.

La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha mostrado su satisfacción por la concesión del Premio Nacional de Danza a Rubén Olmo, lo que “supone un importante respaldo a una carrera consolidada y llena de grandes éxitos, que tantos y tantos buenos momentos ha sabido brindar al flamenco”.

Para Aguilar, “esta distinción supone el fruto del esfuerzo y el trabajo bien hecho”, algo que la Consejería de Cultura conoce de primera mano “al haber sido Rubén Olmo director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía entre los años 2012 y 2013”. Ahora, ha dicho la consejera, “sentimos una honda satisfacción por el Premio Nacional de Danza que acaba de lograr”.

El bailaor y coreógrafo creó para la compañía institucional de la Junta de Andalucía las coreografías ‘Metáfora’ y ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’, “que cosecharon un gran éxito de crítica y público”. Especialmente destaca Aguilar la gira que la compañía, con Olmo a la cabeza, realizó por Estados Unidos, logrando un apoyo unánime y encendidos elogios en los teatros que pisó, así como la presencia de ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ y ‘Metáfora flamenca’ en el ciclo Lorca y Granada, donde estas coreografías fueron vistas por 40.000 personas.

El sevillano Rubén Olmo ingresó con nueves años en el conservatorio de la ciudad, donde obtiene el titulo de Danza Española y Danza Clásica. A los 14 años entró a formar parte del primer taller coreográfico de la Compañía Andaluza de Danza y con 16 ingresó en la compañía de Javier Barón. En 1996 se trasladó a Madrid para seguir estudiando con maestros como Rosa Naranjo, Carmina Ocaña y Aída Gómez. Con 17 años formó parte de la Compañía de Danza Española de Aída Gómez, actuando como bailarín solista en el espectáculo ‘Es-tamos solos’.

Con 18 años participó en la Producción del Teatro de la Zarzuela ‘El barberillo de Lavapiés’, con coreografía de Ramón Oller. En marzo de ese mismo año es llamado para formar parte del Ballet Nacional de España, dirigido en ese momento por Aída Gómez. Al año siguiente es ascendido a bailarín solista.

En abril de 2002 pasó a formar parte de la compañía de Eva Yerbabuena, donde desempeñó el cargo de bailarín-repetidor de la obra ‘La voz del silencio’. En junio de 2003 presentó la coreografía ‘Érase una vez que era’ al Certamen de Danza Española y Flamenco de Madrid, siendo galardonado con el tercer premio.

Durante la temporada 2003-2004 formó parte de la Compañía Metros, dirigida por Ramón Oller, desempeñando el papel de Escamillo en la obra ‘Carmen’, y de Teseo y La Pasión de Cristo en la obra ‘Dalí’. En agosto del mismo año fue requerido como bailarín solista y repetidor coreográfico para el espectáculo ‘Los Tarantos’ (musical flamenco), coreografiado por Javier Latorre y dirigido por Emilio Hernández. En enero de 2005 trabajó en la compañía de Rafael Amargo, desarrollando el papel de primer bailarín, repetidor coreográfico, coreógrafo, y adjunto a dirección en los espectáculos ‘Enramblao’, ‘D.Q. Pasajero en Tránsito’, ‘Poeta en Nueva York’ y ‘El Amor Brujo’.

Con su propia compañía ha realizado los espectáculos ‘Belmonte, la danza hecha toreo’, ‘Pinocchio’, ‘Tranquilo Alboroto’ -Giraldillo a la Mejor Coreografía en la Bienal de Flamenco de Sevilla- y ‘La tentación de Poe’.