Con el sugerente título de Transparente, Rosario Troncoso pone en manos de los lectores esta colección de poemas aferrados a la vida, porque ya decía el mexicano Jaime Sabines: “No se tiene derecho a hablar de lo que no se ha vivido; todo lo que se haga al margen de la experiencia emocional será una construcción verbal, juego entretenido, pero no poesía”. Basadas en experiencias, propias o ajenas, que tocan intensamente la emocionalidad de la poeta, estas “transparencias” en forma de poema, reflejan una forma de vivir la vida de una manera más plena, más intensa y más consciente.

De manera inteligente, a la vez que brillante, la autora vertebra el libro en dos partes. Durante la primera, Derribos controlados, de forma intimista y certera, Rosario Troncoso nos demuestra como el ejercicio de la literatura sirve en tanto y en cuanto nos ayuda a entender e interpretar nuestra propia vida. Los poemas pertenecientes a esta parte tienen mucho que ver con el dolor propio, pero no exclusivamente de la autora, sino que es un dolor común que late en las entrañas del mundo sensible del lector, un viaje a través de su experiencia a cada oscuro rincón del sentimiento. “Sobrevivo a pedazos”, nos confiesa Rosario en uno de esos finales contundentes con los que nos sorprende durante la lectura del libro, confirmando como a lo largo de la vida las personas sufren pequeñas muertes que van dejando el alma desperdigada. En Duelo, la poeta concluye lamentando el dolor ante la muerte y denuncia con un grito indignado: “El intenso frío de las cenizas / no tendría que ser / para nosotros.” El llanto por el amor perdido aparece en El vacío que te dejo, “No es natural desaprender a vivir” o en Naranjas, “asumir la soledad sin el aviso”. Los huecos de incontenible ausencia son maldecidos en Buenas noches con una pregunta retórica y a la vez punzante, dolorosa: “Cómo se atreve / el día a amanecer / sin ti.” Y así, durante toda esta primera parte, la sangre va filtrándose por las rendijas de cada poema impregnándonos a todos hasta el brillante cierre de Humus, donde concluye con que “Todos los que ocurrieron / ahora son fantasmas”, un excelso homenaje al Carpe Diem que recuerda al famoso verso con el que José Hierro abría aquel himno, Alegría: “Llegué por el dolor a la alegría”.

En la segunda parte, Ya no son infalibles las rutas conocidas, Rosario Troncoso nos muestra mucho más que una poeta comprometida. Esta Transparencia nos deja ver a la persona en carne viva que camina por el mundo sintiendo los efectos, no sólo del dolor propio, sino también del ajeno. En Deutorofobia, muestra el rutinario empuje del vivir encadenado al mandato de una sociedad que impone sus horarios y sus obligaciones, de Lunes a Viernes, con “el impecable uniforme de autómata”. Lamenta el paso del tiempo a través de la visión desesperada del relevo generacional en el morir. Cuando empiezan a morir los amigos uno siente la necesidad de una mano que lo salve, así lo expresa en Una manos que abriguen. La voz de la feminidad, su grito de mujer aparece en Cuerpo de casa, donde a través de una ausencia homenajea a esas generaciones de mujeres perdidas en el tiempo cuya existencia era, de forma egoísta por parte de los demás, soporte, tesón y pilares del núcleo familiar, apoyo constante y ángeles custodios de lo humano y lo divino. También lo hace en Apatía, donde reclama esa libertad ansiada, luchada, y trabajada por obtener un espacio común ante los hombres. A través de Desahucio y de Contrato, nos muestra las últimas lacras sociales. Durísimo el dolor cuando se muestra a través de los ojos de un niño en una de las más brillantes composiciones del libro y donde la autora muestra todo su compromiso social: “En diez o doce cajas cabe / la vida entera de mamá.” Y es que el daño está presente en cada verso, porque como ella misma exclama en Lección, cuando el daño nos ha marcado con su lanza, la cicatriz siempre es visible aunque haya dejado de supurar, “Es inútil recomponer jarrones / deshechos en añicos.” Profesora, la poesía no sirve para nada, es una reivindicación ante un sistema educativo que sólo premia el ser apto para un examen pero es incapaz de bucear en las conexiones vitales y en la felicidad del alma.

Todo, experiencias vitales, compromiso, dolor, reivindicaciones, ausencias… ensamblados de forma perfecta por una técnica depurada y esforzada a través del tiempo y el dominio de la técnica, valor, por cierto, que propugna en la composición Taller de alta poesía. No en vano es el séptimo libro de una Poeta que empieza a convertirse en referente.

Transparente

Rosario Troncoso

Ed. La isla de Siltolá. Colección Tierra

Nace en Cádiz en 1981 y estudia Filología Hispánica entre la UCA y la UNED. Actualmente dirige los talleres de Escritura Creativa de El fontanero del Mar Ediciones. Organizador del festival poético...