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Álvaro Romero Bernal es un trabajador, por vocación, de las letras. Como docente de literatura en el IES Almudeyne en Los Palacios, en el Aula de la Experiencia y la Facultad de Comunicación, ambas de las Universidad de Sevilla.

Y como escritor y periodista, tras la publicación de dos ensayos y más de una década contando historias en las páginas de El Correo de Andalucía, este artesano que ha convertido cientos de veces lo real en realidad se sumerge en la ficción, sin dejar a un lado lo primero con su primera novela ‘Pulpa de Limón’.

Lector tenaz del realismo mágico de García Márquez, del nuevo periodismo de Truman Capote y la novela policiaca de Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza, Romero Bernal se lanza a la ficción abrazado a sus vivencias, creando personajes con mucha personalidad e hisotorias que atrapan al lector.

Sevilla Actualidad: Usted es periodista, sus letras conviven con la realidad constantemente, Sin embargo, tras dos ensayos, pisa el terreno de la ficción con ‘Pulpa de Limón’. ¿Cómo ha sido ese proceso? ¿Sigue inspirándose en la realidad incluso para crear ficción?

Álvaro Romero: Lo importante es siempre la palabra. Incluso desde mucho antes de decidir ser periodista, ya me encantaba contar historias. Reales o ficticias, es solo cuestión de que coincidan o no con esta realidad chata que tantas veces vivimos como si fuera la única. En literatura, nuestra realidad se hace plural, casi infinita. Y aunque en periodismo comprobemos tantas veces que la realidad supera a la ficción, la novela te regala la posibilidad de construir tus propias realidades, enlazar las tramas, que muchas veces germinan solas… En cuanto a mi inspiración, es verdad que no puedo salir de la realidad en el sentido de que sería incapaz de escribir ciencia ficción. Me preocupan los seres humanos, no los extraterrestres. Necesito de espacios reales que he vivido para construir ficción.

SA: Tres historias que confluyen en un thriller frenético. Ha llegado a decir que «el lector puede acabar mareado con la novela, pero a gusto». ¿Qué pueden encontrar en ‘Pulpa de Limón’? 

AR: Al principio sí parecen tres historias muy distintas: la de un solterón que vive solo entre los recuerdos de sus antepasados en una casa inmensa; la de un tipo que se hace detective por accidente; y la de un cura en un barrio urbano al que le cae de sopetón un problema… La novela va alternando espacios y tramas distintas, y el lector se va llevando sorpresas a cada rato, tanto con lo que va ocurriendo como con los personajes en sí, que son muy de carne y hueso… A mí me gusta cómo evolucionan  o involucionan, depende, las mujeres de la novela. Lo de marear es un decir, claro. Todos los lectores que me han escrito en estas semanas me dicen que les encanta ese juego. Y desde luego cuando la novela da un salto casi imperceptible de la memoria a la acción, a la novela policíaca. Yo creo que esa combinación de novela lírica y thriller, frenético como usted lo llama, es un acierto para gustar a todo tipo de lectores. Al lector le puede sorprender ese salto del relato en pretérito perfecto a la novela negra. Al final creo que conseguí hacer la novela que a mí me gustaría leer.

SA: En esta novela hay un poco de García Márquez, de Vázquez Montalbán… ¿Ha tirado de su bagaje como lector al crear a los personajes?

AR: Es imprescindible ser lector para ser escritor. Una cosa viene detrás de la otra. No me extraña que ‘Pulpa de limón’ recuerde a García Márquez o a Vázquez Montalbán, porque yo los he leído mucho. De hecho, me enorgullece que me lo diga. Pero también debe de tener ingredientes de otros muchos escritores, aunque se noten menos, no sé: Eduardo Mendoza, o Truman Capote… Me imagino que igual que se dice que somos lo que comemos, también podría decirse que nos hace escritores lo que leemos. La cuestión importante es qué grado de originalidad alcanzamos con toda esa mezcolanza.

SA: Publicar con una editorial independiente, en este caso Ediciones en Huida, y tener éxito se antoja utópico, pero lo cierto es que en apenas tres semanas las ventas rondan el millar de ejemplares. ¿Le da vértigo? ¿Lo esperaba?

AR: Bueno, uno escribe sin esperar nada. Acaso gustarle más a su mujer. [Risas] Lo del éxito depende ya de los lectores. Es mi primera novela y no se me ocurrió enviarla a Planeta. Eso sí que me hubiera parecido utópico. Es verdad que en muy poco tiempo ‘Pulpa de limón’ ha corrido de boca en boca. Ojalá siga haciéndolo. Vértigo no me da; me da alegría, y ganas de seguir escribiendo, que es lo que más me gusta hacer.

SA: Tras años como corresponsal de El Correo de Andalucía en la sección de provincia y ahora también como articulista se puede decir que ha alcanzado la madurez como periodista. Como novelista echa a andar con ‘Pulpa de Limón’. ¿se siente con fuerzas para recorrer ese camino que le lleve también a consagrarse como novelista?

AR: Bueno, eso de “consagrado” lo dice usted… [Risas] Yo no me siento consagrado en nada, tampoco en el periodismo. Creo que tengo mucho que aprender. Se aprende todos los días. Con fuerzas sí que me siento para recorrer todos los caminos que haga falta. Tengo muchas ganas de escribir y me pueblan la cabeza muchas historias.

SA: Lo próximo, ¿Está en la mente o negro sobre blanco?

AR: La próxima novela está más en la mente que en el ordenador. Algo escribí antes de que me publicaran ‘Pulpa de limón’, pero últimamente no he vuelto sobre ello. De todas formas, va creciendo en mi mente, que se va llenando de espacios y de personajes. No tengo prisa. Si finalmente sale algo bueno, estupendo. De momento, hay que seguir regando, que no es otra cosa que imaginar, recordar, vivir… 

Licenciado en Periodismo. Actualmente en Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.