ruzbarcenas esp

Cuando creíamos haber agotado los canales para transmitir una noticia de actualidad, para remover a los ciudadanos, para informar sin ruido, con criterio y fiabilidad de fuentes, nos encontramos con un escenario, unos actores, un público y la ficción como proyecto para superar la sobredosis de realidad.   

Jordi Casanovas, autor y dramaturgo de esta obra, bajo la dirección de Alberto San Juan, solo ha necesitado una copia del segundo interrogatorio de Luis Bárcenas emitido el 15 de junio de 2013 a la Audiencia Nacional.  Sin faltar a la veracidad de los datos, reproduce el diálogo mantenido entre el juez Ruz y el extesorero del Partido Popular con la sobriedad propia de una comparecencia frente a la trasnochada picaresca española.   

En una hora de espectáculo, el público, convertido el letrado, revive en clave de parodia, y no precisamente por un exceso en la dramatización de los hechos, aquella esperada declaración que esperaba marcar un antes y un después en el rumbo del Partido. Bárcenas rompe su silencio e impune frente a las consecuencias, “tira de la manta” reflejando la parsimonia política en un caso de corrupción nacional.

Teatro de Barrio, con la fiel aportación actoral de Pedro Casablanc en el papel de Bárcenas y Manolo Solo como Pablo Ruz, hace de un hecho noticioso y actual una obra imprescindible en tiempos de precariedad e infoxicación periodística, devolviendo al público la fidelidad de un texto cargado de contundencia.

Como telón de fondo un discurso imperante asumido en las viejas estructuras políticas de nuestro país: el inmovilismo, y Bárcenas reafirmándose en las prácticas sobradamente conocidas por aquellos que las han perpetuado en el tiempo.

Así, mientras nos removíamos en las butacas entre quejas y resoplos, se desvelaba toda una serie de irregularidades cometida por los líderes del gobierno actual y una red de nombres implicados en el caso Bárcenas. Como pase final a la confesión y conocimiento de la caja B del Partido Popular, un interrogante que se une a la lista de corruptelas sin resolver, dejando abierta una brecha más en la democracia española.