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La Facultad de Comunicación acoge una exposición conmemorativa organizada por la Asociación de la Prensa de Sevilla.

El 2 de abril de 1934 se publicaba en Sevilla el primer número de ‘La Hoja del Lunes’. Nacida al amparo de la normativa que reconocía el descanso dominical entre los periodistas, la publicación se mantuvo en la escena periodística durante casi cincuenta años y se convirtió en fiel reflejo del devenir de la ciudad durante este periodo.

La misión prioritaria de esta publicación fue informar de los valores y tendencias dominantes en cada uno de los momentos históricos por los que transcurrió su existencia: las etapas republicanas del Bienio Radical Cedista y Frente Popular, la Guerra Civil, el Franquismo, la Transición y la vida en Democracia.

Ahora, una exposición recuerda su XXV aniversario en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, en la Isla de la Cartuja. El acto inaugural, que tiene lugar este viernes a mediodía, contará con la asistencia de la decana, Mar Ramírez Alvarado, el director de comunicación de la Universidad de Sevilla, Pepe Álvarez Marcos, y el presidente de la APS, Rafael Rodríguez.

La muestra, que estará expuesta hasta el próximo 13 de marzo, podrá visitarse de 9.00 a 20.00 horas de forma ininterrumpida en la Facultad de Comunicación. Esta actividad ha sido organizada conjuntamente por el Decanato de la Facultad de Comunicación y la Asociación de la Presa de Sevilla.

“Satisfacer la curiosidad pública”

La primera Hoja del Lunes salió con ocho páginas e insertó una nota de la Asociación de la Prensa de Sevilla en la cual se informaba a los lectores de que uno de sus objetivos era «satisfacer la curiosidad pública ante los acontecimientos de actualidad». La noticia de portada fue el homenaje que le tributaron en el Casino de la Exposición a Diego Martínez Barrios.

Ese lunes de abril, el Sevilla FC acababa de ser eliminado de la Copa de España por el Barcelona y el Betis, sin embargo, eliminó al Sporting de Gijón. Sin una sola ilustración, el primer número incluyó, entre otras secciones, una entrevista con el ministro de la Gobernación, Rafael Salazar, un artículo sobre el inminente sindicato de futbolistas, anuncios curiosos como el que decía que «se admiten noticias de fallecimientos hasta las tres de la madrugada» o la cartelera de cines, poniendo ese día el Coliseo España la película ‘Rasputín y la Zarina’, en español, y con vermuts en la sesión de las 6.30.

Tras el estallido de la Guerra Civil (que impidió la edición del semanario durante una semana) las tribunas de La hoja del lunes se llenaron con la magnificación de la figura de Franco como salvador de la patria frente a la «tiranía marxista» y los «jerifaltes soviéticos». Si durante la República La hoja del lunes había manifestado su deseo de mantenerse al margen de la utilización propagandística para hacer valer su carácter informativo, a partir de 1936 esta independencia fue muy difícil de amparar.

El semanario era el escaparate perfecto para fortalecer los valores del nuevo régimen, sustentados sobre la bondad de Franco, la religión y, en grado máximo, la información sobre fútbol, toros, deporte y espectáculo nacional, respectivamente. Así transcurrieron los años cuarenta y los cincuenta, con el protagonismo absoluto de los ministros del régimen y de las autoridades religiosas, siempre atentos a la actualidad futbolística y a las actuaciones de los toreros en las distintas plazas nacionales.

Tras el tímido aperturismo informativo experimentado por la Hoja sevillana al calor del expansionismo económico de los sesenta del régimen franquista (la información nacional dejará paso a los primeros vuelos del Sputnik o del Pioneer V, se publicarán las primeras imágenes fotográficas de la luna y se informará de la elección de Kennedy como presidente de los Estados Unidos y su magnicidio), la consolidación, y paradójicamente el principio de su final, se producirá en la Sevilla que ha iniciado el camino imparable hacia la democracia.

Todas las novedades políticas y sociales traídas con la Transición se vieron acompañadas de cambios en la propia imagen de la Hoja Oficial del Lunes, cuya cabecera del 10 de enero de 1977 se realizaba, por primera vez, en color. Si la inclusión del rojo en su primera página suponía toda una novedad, no lo eran menos las noticias sobre las cuales ahora tenía que informar: el referéndum sobre la Constitución, las primeras y sucesivas elecciones, la entrada de España en la CEE y en la OTAN, así como del Mundial de Fútbol de 1982. En diciembre del año 1983 dejo de editarse por falta de fondos y ante el hecho de la publicación –también el lunes- de otros periódicos sevillanos.

La Hoja Oficial del Lunes había desarrollado una extraordinaria capacidad para adaptarse a las diferentes circunstancias que le había deparado la historia durante su medio siglo de existencia. Sus páginas y los muchos profesionales que pasaron por su redacción han contribuido a fijar en la memoria de la capital andaluza los decisivos acontecimientos que sacudieron, en tan sólo 50 años, la vida de todo un país.