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La Nochebuena llega y las tradiciones, junto a la familia, se erigen como las protagonistas de la velada por encima de los reales discursos y los pesebres santificados.

Hay un aire que sólo se respira este día. Los viandantes cargan su aportación pertinente a la comilona nocturna y cruzan miradas de complicidad con los ajenos que hacen lo propio. También es digno de esta noche rememorar viejas historias sobre el pasado, el presente y el futuro. Tanto Charles Dickens como James Stewart han marcado las historias navideñas por excelencia. Sin embargo, los sevillanos ignoran que su propia ciudad cuenta con una gran historia de Nochebuena, de esas que merecen la pena conocer.

El romántico de Bécquer ya se encargó de recoger en sus ‘Rimas y Leyendas’ este relato. Se trata de ‘Maese Pérez, el organista’.

“En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés, mientras esperaba a que comenzase la misa del gallo, oí esta tradición a una demandadera del convento…”

El prodigio del órgano del convento de Santa Inés, situado en la calle María Coronel, es una historia de Navidad al uso con su moraleja, su toque tétrico y, por supuesto, la exaltación de un amor. En este caso, la pasión de un humilde ciego hacia su instrumento con el que hacía vibrar a nobles y humildes todos los 24 de diciembre.

“Baste el ver cómo todo lo demás florido de Sevilla, hasta el mismo señor arzobispo, vienen a un humilde convento para escucharle: y no se crea que sólo la gente sabida y a la que se le alcanza esto de la solfa conocen su mérito, sino que hasta el populacho”.

Era tal el amor que profesaba hacia su órgano que Maese Pérez cayó muerto a ojos de todos una misa del gallo haciendo de las suyas. “El órgano exhaló un sonido discorde y extraño, semejante a un sollozo, y quedó mudo”.

Tras esto, el espíritu del organista se presentó cada año en Santa Inés e, independientemente de quién se sentara en su órgano, la misa del gallo discurría bajo sus sones. Y así fue hasta que el órgano se deshizo a causa de la carga de los años.

En estos tiempos en el que las luces, los mappings y el marketing imperan en las fiestas nunca está de más recordar el fervor de Maese Pérez que, en cada Nochebuena, le bastaba con estar cerca de lo que más quería. Es curioso ver como una ciudad tan arragaida a sus tradiciones haya olvidado que la mejor historia navideña se puede encontrar en cualquier rincón.

Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....