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Loud Reed se propuso hacer el disco más triste de la historia y para muchos lo consiguió. Ahora Teatre Romea, a cargo de Borja Sitjà, realiza un tributo en el Teatro Central al álbum (Berlín, 1973).

Con Andrés Lima como director y Nathalie Poza junto a Pablo Derqui, interpretando una trágica historia de amor entre dos yonquis. 

“Querido Lou, a ti y a todos los que caminan contigo me gustaría dedicar este espectáculo, como el que dedica una canción que se canta al oído”, Andres Lima.

Desde Berlín es un viaje; un viaje hacia los suburbios más oscuros y profundos del hombre, hacia la autodestrucción personal. “Un viaje también de catarsis”, menciona Pablo Derqui. Esta pieza bebe de todas las disciplinas y combina la música, la danza, el teatro y la realización audiovisual, dotando al espectáculo de un poema en movimiento y dejando para el final, como señala Sergi, “el calderón, ese compás y medio que se produce entre el silencio y el vértigo; la conexión con el espectador”.

Un camino de constante belleza estética y musical acompañada por el trágico devenir nostálgico de la vida. “Esta función es dolorosa, en ella hay un trozo de cada uno y también cosas que en ella se quedan atrás. Es una historia muy sencilla, otra gran tragedia, no hay nada nuevo, pero lo hacemos desde la verdad”, menciona Nathalie.

«Querido Lou, admirado Lou, amigo…»

Todo comenzó cuando Borja Sitjà asumió la dirección de Teatre Romea sustituyendo a Julio Manrique. Enseguida pensó en su amigo Loud Reed para que inaugurara su primer espectáculo, pero su muerte y posterior encuentro con Nathalie, quien había estudiado minuciosamente los LP del artista y seguido desde su infancia, le llevaron a configurar esta pieza que hoy se presenta en la capital hispalense ‘Desde Berlín’.

Una propuesta arriesgada que la crítica y el público han aplaudido y acogido con entusiasmo. Tanto es así, que el director del Teatro Central, Manuel Llanes, la incorporó a la programación de este año antes de ver la obra. “La acogimos con riesgo, pero había que rendirse a las evidencias. Esta obra parte de un deseo, de un vínculo sentimental; es además un teatro de mucha militancia. Se trata de Loud Reed, aquel artista tan incomprendido y maltratado; y todo ese movimiento de aquellos que se adentraron en Berlín y que todavía siguen en él”.

“Yo siempre fui de Luod Reed”, desataca Nathalie, actriz de gran calado nacional que ya estuvo en el Central con Penumbra, 2011 de la mano de Animalario. Señaló también lo difícil que es revindicar como propia una idea en un mundo dominado por “machitos”, y aludió a su implicación sentimental para con su personaje, ya que como mujer que se suicida queda muy mal parada en la obra.

“Cuando pensé en este papel dije: ¿ahora, que ya hemos pasado varias cosas? Una historia de sexo, drogas, alcohol y rock and roll la hubiese hecho hace veinte años, pero eso también te daba margen para interpretar desde la distancia y con mayor profundidad. Mi personaje se engancha a todo lo que la destruye”. Esa relación perversa y oscura con el lado salvaje de los personajes de Lou, una prostituta drogadicta (Caroline) y un proxeneta maltratador (Jim), serán los pilares de una historia “con la todos nos sentimos en algún momento identificados”.

Trasladar una pieza musical a una obra teatral tampoco fue fácil, y en ella intervinieron los dramaturgos Juan Villoro, Juan Cavestany y Pau Miró quienes, sin conocerse, elaboraron con sumo cuidado el libreto que Andrés Lima estructuró y dio forma. “A veces las artes escénicas redundan y caen en los excesos de la intelectualidad, sin embargo, esta obra mezcla las pistas de forma muy ecléctica. No apela a la cabeza, sino al corazón”, menciona Pablo.

En el proceso de montaje, los actores reconocen que trabajaron de forma natural, dejándose la piel en cada ensayo e improvisando sobre un libreto bien estructurado y fiel al disco. Andrés Lima “puso su alma e implicación en la ejecución de esta pieza, aunando disciplinas y lanzándose al abismo”. En una semana y media le dieron orden a todo ese maremoto de ideas y formas sobre las que habían trabajado.

Con Nathalie Poza al piano y Pablo Darqui a la guitarra, ambos actores desmembran aquel viaje de Lou, ‘Desde Berlín’, mantenido sobre un convulso y fronterizo trance entre la esperanza y la morbilidad; desatando las pasiones y los desencuentros más encarnizados del amor trágico en una hora y diez minutos. “La creatividad nos salva, salvó a Loud Reed y espero que nos salve a nosotros”, concluye Nathalie.