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La tercera jornada del festival sevillano nos deja los estrenos de las nuevas propuestas de dos cineastas de generaciones dispares.

Fieles a sus obsesiones y estilos propios, Gonzalo García Pelayo e Ion de Sosa estuvieron presentes en el SEFF para dialogar con prensa y público sobre sus últimas cintas.

Tras la retrospectiva dedicada a su obra completa en la edición de 2012, y el estreno de ‘Alegrías de Cádiz’, su primera película en tres décadas, en el SEFF 2013, Gonzalo García Pelayo regresó este domingo al festival hispalense con su nueva cinta bajo el brazo.

‘Niñas’ pretende trascender el formato de la película familiar para alcanzar una suerte de retrato acerca de la esencia de lo femenino, encarnado aquí en tres generaciones de mujeres de una misma familia. García Pelayo recurre, de tal forma, a dos de las constantes de su cine: el sentido de la trascendencia y la figura femenina. Las intenciones de partida son sólo parcialmente realizadas.

La propuesta, abierta al azar, heterogénea en la presentación de sus dispositivos formales y narrativos, vuelve a beber de la tradición de la modernidad cinematográfica, y es por esa misma razón que también es presa de cierto anacronismo.

Por su parte, el cineasta navarro Ion de Sosa presentaba su segundo largometraje (tras ‘True Love’ en 2011) por primera vez ante el público. ‘Sueñan los androides’ parte de la novela de ciencia ficción de Philip K. Dick que inspiró la mítica ‘Blade Runner’ para realizar una vitriólica reflexión sobre la desolación en la España del presente. Ambientada en un Benidorm fantasmal, la cinta hace uso de las películas domésticas del propio realizador para representar las memorias de esos androides –tan humanos, tan parecidos a nosotros– que son aniquilados sin piedad por un anodino exterminador aficionado a la copla.

La película de Sosa comparte muchos de los planteamientos y sensibilidades de otros cineastas de su generación (no en vano produce Luis López Carrasco, presente en el SEFF 2013 con ‘El futuro’). Se trata de un cine impregnado de referencias híbridas a la cultura popular anglosajona y a las tradiciones patrias (del esperpento al sentido de lo trágico), todo ello vehiculado a través de formas esencialmente impuras, que amalgaman con singular pericia la mirada seudo-documental con lo experimental y lo puramente ficcional.

Como hecho sintomático, ahí está el reciente éxito en San Sebastián de la ‘Magical Girl’ de Carlos Vermut, presidente del jurado en este SEFF, para certificar un estatuto de respeto hacia estas nuevas sensibilidades, estas muestras de cine a contracorriente en el panorama español.