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Tras su paso por la Mostra de Venecia, la sección ‘Focus Europa’ trajo al SEFF el estreno de la nueva película del aclamado realizador austríaco Ulrich Seidl.

‘En el sótano’ (2014), el regreso de Seidl a la no ficción tras su exitosa trilogía ‘Paraíso’ (‘Amor’, ‘Fe’ y ‘Esperanza’, 2012-2013), incide en los temas y escenarios habituales en  la obra del autor austríaco. Presentada en la propia página web de Seidl como “una película sobre gentes y sótanos, y sobre lo que la gente hace en sus sótanos en su tiempo libre”, esta supuesta crónica costumbrista adquiere, desde sus escenas iniciales, la forma de una indagación sobre el lado más oscuro del alma austríaca.

Así, Seidl construye un retablo humano en el que tienen cabida, entre otros, una banda de músicos de viento nostálgicos del nazismo, una dominatriz y su amante esclavo y un instructor de tiro aficionado a interpretar arias bajo las bóvedas de su sótano. La metáfora que vincula el espacio doméstico con la radiografía de los aspectos más sórdidos de la mentalidad austríaca es visualizada por Seidl de acuerdo a sus estilemas habituales.

De la mirada fría y desapasionada del director austríaco brota de nuevo en este filme un oscurísimo sentido del humor sobre tipos, actitudes y escenarios. Razón de más para seguir considerando a Seidl como uno de los grandes “cineastas del malestar” en la Europa contemporánea.

En un tono más luminoso y esperanzado, la sección ‘Las Nuevas Olas’ estrenó ‘Los hongos’ (2014) de Óscar Ruiz Navia, una co-producción entre Colombia, Francia, Argentina y Alemania. En este caso, las peripecias y desencantos de dos chicos adolescentes de la ciudad colombiana de Cali sirven a Navia para erigir un retrato de maduración que es, a la par, una reflexión acerca del presente y el pasado de la nación latinoamericana y del arte como posibilidad de salvación.

Navia opera entre los territorios de la ficción y de la no ficción para cimentar una película capaz de transmitir similar dinamismo al de la realidad sobre la que fija su mirada. La atención prestada a las muestras de arte callejero, la escena musical y la contracultura locales se coloca en un adecuado contrapeso respecto a los conflictos centrales de la pareja protagonista. El Premio Especial del Jurado concedido a esta cinta en Locarno se antoja, por tanto, más que merecido.

También dentro de la sección ‘Las nuevas Olas’, la no ficción rusa ‘The Term’ (2014), co-dirigida por Pavel Kostomarov, Aleksander Rastorguev y Aleksei Pivovarov,  centró de nuevo nuestra atención en la convulsa realidad social y política de la nación soviética. La cinta está estructurada en torno al retrato del activismo político de un grupo de los principales opositores al presidente ruso Vladímir Putin.

Los insertos en los que presenciamos las actividades, entre ociosas y oficiales, del propio Putin sirven de irónico contrapunto a las secuencias de manifestaciones y a las entrevistas con los principales líderes opositores. En la línea de ‘Pussy Riot: Una plegaria punk’ (2013) de Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin, ‘The Term’ documenta una realidad en la que los partícipes e instigadores del activismo político son, simultáneamente, los intérpretes de un gigantesco espectáculo mediático.