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El Museo sevillano acoge hasta el próximo 25 de enero una exposición con los fondos de la Fundación Francisco Godia.

El Museo de Bellas Artes de Sevilla abre la exposición ‘Coleccionar arte. Obras de la Fundación Francisco Godia’, donde podrán contemplarse, por vez primera fuera de su sede, 40 de las piezas reunidas por el mecenas barcelonés que repasan nueve siglos de pintura y escultura.

La muestra estará en la pinacoteca sevillana hasta el 25 de enero de 2015. Las obras muestran un recorrido cronológico desde el arte medieval, prosigue con el Renacimiento y Barroco y termina en el Modernismo y primeras vanguardias. La exposición quiere enseñar también cómo era el coleccionismo privado de arte de principios del siglo pasado.

La muestra parte de la esencialidad de la escultura románica y discurre por la riqueza del Gótico, el clasicismo del primer Renacimiento y la fuerza del Barroco. El arte de la pasada centuria y su veloz devenir histórico quedan reflejados en la pintura de principios de siglo y en la natural evolución de los diferentes géneros hacia los nuevos lenguajes de expresión de la Modernidad. La exposición quiere mostrar una selección de obras que refleje la tarea de Francisco Godia, singular industrial y mecenas barcelonés, cuyo gusto artístico es un claro exponente del coleccionismo del siglo XX.

‘Coleccionar arte. Obras de la Fundación Francisco Godia’, se divide en tres secciones que refieren a cada uno de los periodos destacados en la historia del arte: arte medieval, Renacimiento y Modernismo y primeras vanguardias. La selección pone de manifiesto también las preferencias de Godia por esos periodos artísticos y, por extensión, el gusto de la floreciente burguesía catalana; esta afición, consecuencia del intercambio cultural con otros países -principalmente con Francia-, se refleja en el movimiento modernista. Nombres como Nonell, Mir, Casas, Miró, Picasso o Barceló destacan entre los autores que representan estos últimos períodos.

Piezas destacadas son la talla del Rey mago, de Felipe de Bigarny; el San Cristóbal, de la Escuela de El Bosco, o la espléndida tabla de Juan de Borgoña Ascensión de María Magdalena, en la primera parte. La tela de San José con el Niño, de la última etapa de Francisco de Zurbarán, que establece un diálogo con la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla, y Naturaleza muerta, de Juan de van der Hamen, obra maestra del bodegón palaciego del siglo XVII, destacan en la segunda parte, y Ramón Casas con En el hipódromo, Isidre Nonell, Joaquim Mir o Sunyer son otros de los artistas representados de la parte modernista. La muestra incorpora también algunos ejemplos de las producciones cerámicas de Manises y Cataluña.

Francisco Godia Sales (Barcelona, 1921-1990) fue un singular empresario y deportista barcelonés; coleccionista, mecenas y Gentleman driver, fue el primer piloto español de Fórmula I, en la época previa a la profesionalización del deporte del motor. Después de su etapa de piloto se centró en la colección de arte, lo que hizo en la década de los 60 del siglo pasado, cuando constituyó el núcleo de una de las mejores colecciones privadas españolas de pintura y escultura medieval. Las piezas de la colección guardan un estado de conservación excelente y representan el modelo de coleccionismo barcelonés del siglo XX, en su mayoría hoy desaparecido. Su legado se guarda en la fundación homónima, creada por su hija Liliana Godia en 1999.

El coleccionismo privado del siglo XIX en España siguió generalmente las pautas marcadas por las colecciones reales y aristocráticas. La burguesía catalana, en cambio, comenzó a coleccionar de otra manera; sin duda influenciada por las tesis de la Renaixença, las colecciones privadas catalanas se nutrieron de arte románico y gótico, probablemente en busca de lo mejor que había producido la antigua Corona de Aragón, y que se refieren a los principales protagonistas de la historia sagrada. Lo recogido por Francisco Godia recogía algunas obras del primer Renacimiento como epígrafe de los amplios fondos medievales. El Barroco, en cambio, estaba poco representado hasta que recientemente se han adquirido algunas obras.

La primera década del siglo XX sentó las bases para que los artistas evolucionaran a gran velocidad, pasando sus obras a ser una interpretación personal más que una representación fiel de la realidad. Un buen ejemplo de esta revolución son Pablo Picasso o Joan Miró. La cerámica ocupa otro ámbito principal de la colección, con piezas de los principales talleres hispánicos desde el siglo XIV al XIX. Esta franja cronológica es significativa porque el coleccionista de cerámica busca con ahínco piezas únicas y completas. La colección atesora ejemplos significativos de la loza dorada de Manises y Paterna y de la manufactura de Cataluña, con sus características piezas decoradas en azul.

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