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El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla acoge hasta el 8 de febrero de 2015 ‘Carmen Laffón. El paisaje y el lugar’.

La exposición puede verse como un prolongado viaje a lo largo del Guadalquivir, desde la ribera de La Cartuja, cuando aún era terra ignota, hasta su llegada al mar en Sanlúcar de Barrameda.

Pero el viaje cambia al viajero y las obras de Carmen Laffón, midiéndose con los diversos temples del río, abren un segundo camino a través del propio paisaje: paisajes del encuentro inesperado en La Cartuja, de la vitalidad de las márgenes del río en Bonanza, de la mirada que espera y espía el vigor de la luz sobre el Coto desde Sanlúcar, de la inminencia del mar, en La Jara.

Aún cabe señalar otro trayecto, modelado por la misma pintura: medidos trazos en Sevilla, materia ascendente en Bonanza, arquitectura del color en el Coto, serena sucesión de formas paralelas en La Jara.

El viaje exige un lugar de retiro y Laffón lo encuentra junto al río, en la viña que rodea su estudio de La Jara. Cómplice de la tierra, la viña ofrece a la vez acogida y fecundidad, bajo cielos que apuntan al incesante ir y venir de la naturaleza. La viña es así paisaje y lugar, como también lo son los dibujos del Generalife que oponen al esplendor de la vid la reservada sensualidad del jardín árabe.

El lugar crece con quien lo habita. Laffón lo ve formarse en los objetos que condensan ese esfuerzo, sea intelectual o físico: en los textos e imágenes que permiten rastrear el mundo poético del autor del Quijote pero también en los materiales y herramientas que jalonan el día a día de un taller metalúrgico o en el modesto utillaje que sostiene la milenaria cultura de la cal.

La muestra al fin completa un gran ciclo: vuelve a La Cartuja, al Jardín de la Prioral, como si la autora trasladara su estudio al enclave que, en 1976, indagaron los dibujos que abren la exposición.