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El teatro Lope de Vega abre sus puertas a la compañía Mundo Ficción y estrena temporada con los actores sevillanos Alfonso Sánchez y Alberto López en ‘Patente de corso’, una tragicomedia basada en los artículos de Arturo Pérez Reverte.

Arturo, aunque reconoce su cansancio y hastío después de más de veinte años “anunciando cosas evidentes”, se opuso a escribir una obra de teatro, pero les cedió sus artículos dándoles la libertad necesaria para que “saquearan” cuanto necesitasen. En ese proceso, destacaron la labor de la guionista Ana Graciano, cuya adaptación ha sabido unir el estilo crítico y punzante de Reverte con el humor ácido y burlesco de los actores.

Ambos han conseguido un destacable hueco dentro de las producciones andaluzas. Sus reconocidos papeles en ‘El mundo en nuestro’ u ‘Ocho apellidos vascos’ lo han puesto en el punto de mira como “grandes actores y fenómenos socioculturales”, que con su última obra rodarán por todo el territorio nacional hasta 2015.

Reconocen el cuidado con el que se enfrentaron al guion de ‘Ocho apellidos vascos’ y el miedo a quedar encasillado en los tópicos andaluces. A pesar de éxito mostrado en taquilla, evitaron rehusar sus papeles y se pasaron al teatro donde “no hay tantos intermediarios, es más barato y hay más libertad”.

Reverte destaca el trabajo de los actores y su capacidad para huir del humor andaluz “organista que empieza y acaba en uno mismo”. El escritor encuentra en el guion “agresión y transgresión. Una visión ácida, valiente, inteligente y atrevida” que enlaza con los tiempos de crisis que vive el país. Además, añadió cómo la forma de su trabajo “renueva el humor andaluz porque tiene esa amargura y chispa que le devuelve la dignidad a ese lado folclórico del que tanto se abusa y se presenta como seña única.

“Hacen de eso que es local, algo universal”

La adaptación de los textos al formato teatral le ha permitido al escritor acercarse a ese público más juvenil. “Cuando uno escucha ese guion en sus bocas te das cuentas que hablan de esa España que muchos odiamos y admiramos. Son capaces de conmover y tocar las fibras más profundas. Por tanto, se trata de un vehículo extraordinario de humanidad y de encarnadura magistral”. Arturo se siente orgulloso del trabajo de Alfonso y Alberto quienes “supieron darle continuidad, frescura y rebeldía”, reescribiendo con su propia luz y dándole una nueva dimensión a su trabajo.

Sin embargo, y como ellos mismo han destacado, hay un recorrido de veinte años que les precede.  Alfonso participó en la serie televisiva ‘Aladina’ y ganó al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cortos del Aljarafe, con ‘Trilogía Sevillana’, con más de 10 millones de visitas en youtube. Formó parte del reparto de ‘Grupo 7’ y dirigió ‘El mundo es nuestro’ que ya prepara una segunda parte. Alberto, comenzó haciendo giras europeas con la compañía sevillana Varuma, y en televisión ha intervenido en teleseries y programas de humor como la serie ‘El Príncipe’; ‘Luna, el misterio de Calenda’, o ‘La hora de José Mota’.

Patente de Corso

Los actores subrayaron, tras el pase previo que realizaron para estudiantes de instituto, que los jóvenes se conmueven con el espectáculo porque se sienten identificados con una realidad cada vez más visible dentro de los hogares españoles. 

“No hay nada extraordinario, es sentido común”, comenta Reverte. “No hay ninguna idea brillante sino obviedad; y lo absurdo es que se vuelvan verdades y acaben normalizándose”. Esta obra remueve los problemas sociales, se inserta dentro de las deficiencias que nunca dejaron de existir y pone de relieve las contradicciones de un país que vive una decadente “tragicomedia”.

Con un tinte cómico, sátiro y agresivo, Patente de Corso da vida a dos personajes que se enfrentan en un debate dialéctico donde discuten sobre la piratería social. Luciano, interpretado por Alfonso Sánchez, pretende enseñarle a Mariano, un ciudadano común harto de estar harto, cómo ser un cabrón en la vida.  

“Si ser español ya es una tragicomedia y ser sevillano un trabajo, esto una locura total”, menciona Alfonso, quien asegura conectar con los espectadores, mostrar su desnudez y hacer algún que otro guiño al patio de butacas.

Por su parte, al escritor cartagenero no le quedaron sino palabras de agradecimiento. Animó a los actores a seguir con su recorrido a pesar de los “enemigos que te duran toda la vida cuando te burlas y trasgredes” lo políticamente correcto. Además aseguró sentirse orgullo de ver su legado en manos de ambos actores que le harán sentirse “de nuevo joven”.