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Este mediodía se ha presentado en rueda de prensa, en el Espacio Santa Clara, el espectáculo de la Compañía Belén Maya “Los invitados”, una obra que, en palabras de su ayudante de dirección, Marilia Samper, “habla de los ausentes”.

Maya, que no pudo acudir a la presentación, estará acompañada al baile por Manuel Liñán y al cante por las voces de José Valencia, Tomas de Perrate, José Anillo y Gema Caballero.

En palabras de Samper, “Los invitados” se convierte en “una declaración de amor al cante” por parte de Belén, quien dio a los intérpretes “libertad total para sacar lo mejor de sí mismos”. Así lo aseguraron, por ejemplo, José Valencia, que ofrecerá en este espectáculo la versión más trágica de la vida, o José Anillo, que pondrá voz a los momentos más felices de la pieza. Como apuntó Gema Caballero, al fin y al cabo “Los invitados” resulta “la voz de la conciencia de la propia Belén Maya”, una artista cuya carrera ha demostrado que otro flamenco era posible, alejándose de lo accesorio para centrarse en lo esencial de este arte y añadiendo también aportaciones constantes de elementos dramatúrgicos.

Este espectáculo se podrá disfrutar el próximo domingo día 21 de septiembre en el Teatro Central, demuestra, como recalcó Cristóbal Ortega, Director de la Bienal, que la colaboración entre instituciones es posible, al contar con la ayuda del Instituto Andaluz del Flamenco o el Ayuntamiento de Lebrija, entre otros.

Belén Maya, que tantas veces ha sido la artista invitada, lo tuvo claro desde el principio, esta vez le tocaba ser la anfitriona. A partir de ahí, el asunto era simple si nos ateníamos al diccionario, que nos dice que un anfitrión es quien tiene invitados a su mesa. Y eso ha hecho Belén: invitar a algunos de los artistas que más admira para componer junto a ellos piezas únicas en las que seguir ahondando en su caligrafía personal, en su forma de entender y sentir el baile flamenco. Pero, se sabe, la vida no cabe en los diccionarios y toda celebración esconde un centro cuyo nombre es ausencia. Si ese centro se ignora la celebración nos vacía; si se toca, nos ilumina. Y ella siempre ha estado a favor de la luz.

Los invitados nos regala un espectáculo con algunos de los nombres más valiosos del flamenco actual y nos enseña esas piezas que la bailaora ha compuesto juntos a sus convidados. En Los invitados, Belén se celebra, cómo no hacerlo en esa compañía, pero también se duele. El flamenco, habla de la vida y es vida. Y en la vida, fiesta y duelo se suceden, se mezclan y confunden así como lo hacen el baile, el cante y el toque. Nosotros, el público, somos a la postre los verdaderos invitados a la celebración.