cmc-gymnopedies

El Teatro Central acogió durante la noche de ayer el estreno en España de ‘Mouvements’ y ‘Gymnopédies’, dos coreografías de la canadiense Marie Chouinard.

Gymnopédies y la unidad de los dúos

A las 21:00 horas daba comienzo el primer fragmento ‘Gymnopédies’, basado en la partitura Gymnopédies 1, 2 y 3. Un piano recomponía la partitura del compositor francés Erik Satie, mientras unas formas humanas brotaban desnudas de unas envolturas grisáceas.

Lentamente iban cobrando vida al ritmo melódico y pausado de las manos que perfilaban el piano. Dos eran las bailarinas que acariciaban suavemente la música a través de órgano, como si entrasen en una única forma, como si en cada suspiro parieran una nueva alma.

Acompañados por las notas fueron apareciendo dúos sumidos en la belleza de los movimientos, en la expresión de los cuerpos entrelazados. Partiendo de la desafortunada experiencia en el amor del compositor, escenificaban a través de la danza el encuentro cándido, erótico, sexual, puro e incluso superficial de las relaciones de pareja.

Incorporando tintes del teatro de lo absurdo, música de cabaret y el minimalismo propio de la época, Marie Chouinard, hurga en la esencia de Satie y acuna el humor propio del clown con el dolor de las relaciones.

La búsqueda de las formas, la aparición del presente, lo imprevisto, el presentimiento de lo efímero, la intimidad de los cuerpo y el camino para llegar a ese otro lugar desconocido. ¿Qué es lo otro? Se preguntaba Machado. Son varios de los temas que pueden estar presentes en estos cuarenta minutos, donde el piano es siempre el hilo conductor de la pieza.

Más de un año de trabajo costó que los bailarines se sintiesen cómodos con el instrumento, sin embargo, en ningún momento abandonaron la lógica de la música, turnándose las partituras de Erik Satie en unión con la delicadeza y complexión de los dúos.

La constante expresión corporal y espiritual de los bailarines evoca una relación directa con el público mientras resalta fragilidad del ser en su encuentro. Como complemento, el disparate y la incoherencia representada a través del clown sirven para desmitificar el amor romántico.

Quince minutos después de la pausa dio comienzo el segundo acto. El público apenas había abandonado sus localidades durante el descanso. Aún estaba en el aire el silencio casi forzado de esta primera pieza y las preguntas suscitadas que solo algunos enfrentarán en sus solos.

La danza poética de Henri Michaux: mouvements

Sobre un fondo blanco comenzó a dibujarse con tinta china diversas formas que los bailarines imitaban con sus cuerpos. Trasgrediendo los límites de las formas, experimentando sobre el desdoblamiento del lenguaje y ahondando en la estética del arte y la creación, se presentaba la segunda coreografía de Ballet dotada de una fuerza ascendente.

Sin pausa y en un solo acto los once bailarines recomponen 64 dibujos de tinta china que el poeta belga, Henri Michaux, publicó en 1951 fruto de su experimentación con las drogas como forma de alterar su conciencia e influir en los mecanismos del pensamiento.

Veinte años estuvo ‘Mouvements’ guardado en la biblioteca de la autora hasta que un día topó de nuevo con él. En su relectura, Marie Chouinard descubrió la necesidad del poeta de salirse de las formas y encontró en los dibujos figuras coreografiadas.

Los bailarines interpretaron uno a uno los dibujos del libro. Una de ellas recitó e interpretó un poema de 15 páginas inserto en el libro mientras estaba bajo un tapiz blanco. Poseyendo la fuerza de la música, la escenografía, la literatura y la danza, las figuras humanas se transformaban en el relieve caligráfico y lectura personal de la obra.

Como colofón, los bailarines aparecen casi desnudos bajo la luz de los focos estroboscópicos recreando el folio en blanco, la ruptura con la norma, la búsqueda de la expresión onírica, y la tormentosa reivindicación de libertad de Michaux.

Treinta y cinco minutos donde los bailarines se convierten en tinta, alma y significado del poeta y su obra a través de la superación propia de los movimientos.

Marie Chouinard y el Teatro Central

No es la primera vez que la canadiense viene al Central. En febrero de 2007 mostró ‘Body Remix’, una composición cargada de virtuosismo y espectacularidad que fue abrazado por el público sevillano. Anoche presentó su último trabajo en España, dos coreografías de alto nivel y exigencia técnica estrenada en Lisboa y Viena respectivamente.

Marie Chouniard posee una larga trayectoria profesional y un largo prestigio internacional en la danza. En 1978 presentó ‘Cristalización’ otorgándole un gran reconocimiento como artista singular que la llevó a desenvolverse como solista. En 1990 fundó su primera compañía realizando más de mil espectáculos por los grandes festivales del mundo, siendo elegida Bailarina en el año 2010 por la revista alemana Tanz.

También es apreciada por su actividad pictórica, sus diseños y fotografías, de modo que los grandes centros artísticos, como la Bienal de Venecia, la Fundación Gulbenkian de Lisboa o el Théatre de la Ville de París, suelen disputarse sus estrenos. Entre sus montajes se destaca ‘La consagración de la primavera’ junto con su lectura del ‘Preludio a la siesta de un fauno’.

El responsable de los espacios escénicos de la Junta de Andalucía, Manuel Llanes, descubrió a Marie mientras destacaba como solista a mediados de los 80 en Bruselas. Reconoce que desde entonces le ha seguido la pista reconociéndole galardones como el premio Bessie de Nueva York (2000) y la Orden de las Artes y las Letras de Francia (2009), entre otros.

El Central acoge este 26 de abril, la segunda cita con el estreno Marie Chouinard y sus dos espectáculos que augura no solo una buena acogida sino que promete, como ocurre casi siempre con el Central, no dejarte indiferente una vez se abre el telón.

www.SevillaActualidad.com