Pepe-Bedoya-Entrevista

Sevilla se caracteriza por ser la cuna de muchos artistas en el mundo de las bellas artes. Pepe Bedoya pintor sevillano de diversas obras tales como el Cartel de la Coronación Pontificia de la Virgen del Castillo de Lebrija, el Cartel de los Reyes Magos 2013 y la exposición La Señora y Lebrija, entre otras grandes obras. Este pintor sevillano apasionado de las tradiciones sevillanas y vinculado al mundo de la enseñanza, nos abre las puertas de su casa para hablarnos de su vida en el mundo de la pintura y la relación tan estrecha que tiene con el municipio sevillano de Lebrija. Yo siempre pienso en color, así es como Pepe Bedoya nos relata las historias que rodean su vida en el mundo del arte.

Recorriendo las laderas de las montañas de la Sierra de Aracena, se encuentra una aldea donde el pintor encuentra la paz y el silencio, El Quejigo. Olía a leña y café tras cruzar la puerta de la casa donde el recibimiento fue de manera muy dulce. Entrando en la casa, la sensación se transforma en calidad de vida y aire puro, donde el recibidor y el comedor tenía una decoración muy particular y encaminada a cómo vivían los lugareños de la zona en el siglo pasado. El calor que desprendía la chimenea atrapó el ambiente con sensaciones de “hogar dulce hogar” mezclado con una sonrisa de su mujer que hizo que se sembrará la confianza.

Con mucho gusto recorrimos todos los escondrijos que ocultaba la casa bajo su fachada. Tras salir al patio, una bocanada de aire fresco recorrió las mejillas de todos. La esposa del pintor emitió una frase que provocó envidia, “aquí se vive muy bien”. Entramos de nuevo al comedor y junto a la chimenea se sirvió el café en unas tazas de cristal junto con unos mantecados de la comarca.

Pepe vestía la ropa adecuada para deambular por lugar. Una ropa cómoda, con unos pantalones de pana color negro y una camisa color cazuela junto con unos zapatos, estilo botas, que por su apariencia tendría que ser muy cómodos y una abrigo color negro para resguardarse del frio, que más tarde quitó dejándolo en el perchero.

–    Para usted el municipio sevillano de Lebrija es muy especial y el pueblo siempre le ha arropado en todo lo que ha hecho, ¿Qué es lo próximo que va hacer para el pueblo?

Pues ahora voy a presentar el próximo 5 de marzo el cartel de la Semana Santa de Lebrija. Hace tres años el Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Castillo me ofreció ser el pintor que realizara el cartel para representar la Semana Santa lebrijana. Lebrija es un pueblo que tiene doce hermandades y cada año una hermandad se encarga de escoger al pintor que represente la Semana Santa, pues este año le toca el turno a la Hermandad de la Virgen del Castillo y me ofrecieron a mi ser el pintor que haga el cartel de este año. En el cartel lo que voy a representar no va a ser la figura de la virgen, sino la figura del Cristo Atado a la Columna.

–    Otros de las cuestiones que ha realizado usted para la Lebrija ha sido dos retablos a la hermandad, ¿cómo fue la idea de donar dos cuadros para el Altar Mayor de la iglesia de la Virgen del Castillo?

El año pasado me dijeron, así de una manera muy superficial, que la hermandad tenía dos huecos vacíos en su altar. Me propusieron donar dos tablas que faltan para completar el Altar Mayor. Mi amigo Pedro, a través de Ángel, hermano mayor de la hermandad, me comentó que iban a ser dos tablitas muy pequeñas. Yo acepté la propuesta. Cuando vi el hueco no era tan pequeño, pero como yo ya me había comprometido lo hice, pero lo hice con mucho cariño. El resultado son dos tablas: una representa la Adoración a Jesús y la otra la Ofrenda de los Reyes. Cuando empecé a hacerlo, hice varios bocetos y a mí me gusta trabajar siempre dentro de la cordialidad y que quede algo mío. Como sabes la representación de estas escenas están muy reproducidas. Yo no he copiado, todo es invento mío, lo único que he hecho ha sido darle forma a la representación de esta escena. Una anécdota que me ocurrió con estas dos tablas, es que un pintor de Lebrija me dijo que las tablas tenían demasiado color, que porque no las oscurecía porque las demás tablas están muy oscurecidas. Mi respuesta fue “yo no debo de oscurecer mi obra, porque las obras que hay en el Altar Mayor tienen aproximadamente 190 años”. Esos lienzos son de un movimiento en el que se reproducen pinturas de Murillo. Murillo es del S.XVII pero estas pinturas son de finales del S.XVIII, principios del S.XIX. Las pinturas están oscurecidas por el humo de las velas, por los barnices, etc. Cuando la hermandad tenga dinero podrá mandarlas a limpiar, y así alcanzarán el color que tienen los dos lienzos que yo he hecho.

–    Otro de sus mayores éxitos en el municipio lebrijano es su exposición La Señora y Lebrija, ¿fue un homenaje a la Virgen del Castillo?

 Sí. Fue una exposición que se realizó el pasado 5 de octubre en la sala de exposiciones La Misericordia en Lebrija donde yo quise hacer una representación, por un lado al primer aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen del Castillo y por otro, realzando la imagen de Lebrija representando sus paisajes, sus campos, sus costumbres… Las cosas del pueblo. El acto inaugural fue muy acogido por todos los asistentes, donde acudieron el Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Castillo, Ángel Tejero, mi amiga Carmen Estalricht que es escritora y poeta que presentó el acto y la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández. La verdad que las ventas de los 40 cuadros que se expusieron eran las esperadas y fue muy satisfactorio la acogida que tuvo en el pueblo después del impacto que causó el cartel de la Coronación Pontifica de la Virgen del Castillo.

–     También realizó el Cartel de los Reyes Magos 2013 para el Ateneo de Sevilla,  ¿en qué se inspiró para crear ese cartel?

Pues he retrocedí en el tiempo cuando yo era un niño. Mis padres me han inculcado desde muy niño las tradiciones y el amor por mi ciudad, Sevilla. Soy un forofo seguidor de las tradiciones sevillanas y desde muy pequeño los Reyes Magos para mi, y claro está, para todos los niños, era lo máximo de lo máximo porque se esperaba a lo largo de todo el año la llegada de los Reyes Magos. Por ello, me he inspirado en como yo veía a los Reyes Magos cuando era pequeño, es decir, lo que representaba para mí, la ilusión que me hacía la llegada de ese día, el pensar en los regalos que me iban a traer, los globos que yo veía que después me compraba mi abuela, mi padrino, mi madre o mi padre, de recoger los caramelos, etc., me he inspirado en esos momentos de mi infancia.

Con la respuesta a la pregunta se puede trasladar de nuevo a la infancia, recordar cómo eran los años en los que ese día tan especial no había nada que lo nublase. La ilusión invadía el cuerpo. Con solo ver el ambiente por las calles, los globos, y escuchar el sonido de los tambores anunciando que la cabalgata ya subía calle arriba, provoca un enorme escalofrío que recorre el cuerpo. Genera una sonrisa trepidante recordando cómo eran esos momentos recogiendo los caramelos del suelo acompañados de padres y abuelos. La luz que iluminaban los ojos de los niños era como dos estrellas al ver pasar a los Reyes Magos con aquellas vestiduras llenas de oros y joyas y de colores vivos.

–    ¿Utiliza algunas de las técnicas que utilizaban los pintores que han pasado a la historia para impregnarlas en sus obras?

Siempre se coge alguna influencia, porque de los grande maestros siempre alguna se mama y se coge experiencia de uno y de otros, pero con los años se va recogiendo las técnicas que más te gustan y se va creando tu propia técnica y haciéndola tuya, es decir, creando tu propia línea en la pintura. Sin embargo, uno de los pintores más representativos para mi es Gonzalo de Bilbao.

–    Sé que su obra más significativa es La Inmaculada de Lebrija, ¿Por qué la pinto?

Fue por encargo. Un matrimonio de Lebrija que tiene negocios dedicados al cultivo de las flores. Ellos conocía mi obra y ya me habían encargado unas obras anteriores a esta. Entre los años 1990 y 1995 hicieron fortuna y se compraron una casa muy grande con un estilo, podríamos decir, con decoración lujosa, ventanales muy grandes, muchas columnas, etc. Entonces, contactaron conmigo para que yo le hiciera un cuadro de grandes dimensiones para colocarlo en el hueco de la escalera. Me imagino que con esa obra le recordaría, seguramente, como estaban decorados los palacios del siglo XVIII donde se aparecían las Inmaculadas. Para hacerla, me inspire en una inmaculada a mi manera y mi forma, recordando la Inmaculada de Murillo, pero no tiene nada que ver, es distinta. Pues como lo hice para Lebrija, por eso se llamé la Inmaculada de Lebrija.

–    A la hora empezar una obra, ¿Toma alguna costumbre en su trabajo?

Que yo sepa no tengo ninguna manía, me parece, pero sí lo que necesito es silencio, en todas mis obras necesito silencio para pensar la manera en cómo voy a estructurar. La idea me lleva un tiempo considerable. Durante mañana, noche y madrugada nada más que hago pensar. Es como una obsesión de como yo quiero que sea la obra. Mentalmente veo los personajes, es decir, quito, pongo, pongo, quito, hasta que llega un momento de tanto pensar y analizar que quiero y ya lo veo en mi mente. Una vez que ya lo veo y tenga la idea esbozada, paso al papel. Una vez en el papel a los bocetos le hago unos cambios y unos giros. Yo se que podría utilizar las tecnologías para poder hacer estas cosas, pero yo lo hago a la manera tradicional, a la usanza de la vieja escuela. Me gusta crear la idea a base de boceto. Después comienzo a manchar el lienzo y ya no tengo dificultad.

–    ¿Cuál es la que ha tenido más dificultad a la hora de realizarla?

Pues la que más me ha costado ha sido el Cartel de la Coronación Pontificia de la Virgen del Castillo de Lebrija por una sencilla razón. La idea la ya la tenía más o menos configurada pero se me ocurrió decirle a uno de los responsables de la hermandad que me gustaría colocar a las hermandades de Lebrija, creyendo que era alrededor de cuatro o cincos. Cuando le dije a este señor la idea, le pareció brillante felicitándome por el buen gusto en tener presente a las hermandades con su simbología. Durante la conversación le comente que sería alrededor de cuatro o cinco pero mi sorpresa fue cuando me dijo que eran doce, y ya eso me descuadro. Al decirme que eran doce vi demasiado cargado. Por eso me fue dificultoso encajar las doce hermandades dentro de la obra y crear una nueva composición dentro de lo que yo había pensado.

–     Algunos pintores introducen elementos en sus obras que hace que se identifiquen o incluso se autorretratan, ¿alguna vez lo ha hecho en sus obras?

 Anteriormente no solía hacerlo, pero últimamente sí lo estoy haciendo, desde hace ya una serie de años estoy introduciendo cosas que son afines a mi forma de pensar y a mi familia. Cosas afines a mi línea de pintor. Una de ella es emplear el color azul. El azul lo empleo en casi todas las obras y tiene que aparecer por alguna parte, es una cosa muy significativa para mí. Otra cosa que introduzco, puede ser algo relacionado con mi mujer o algo relacionado con mi familia, pero es algo que no sea apreciable por el público sino que solo lo sé yo. Es algo que yo mantengo en silencio porque es algo para mí muy significativo.

–    Su formación en las bellas artes fue en Francia y después en Italia, ¿cómo fueron esos años?
 
Pues esos años fueron maravillosos y muy bonitos. Unos años donde conocí a gente muy importante de la cultura, de la poesía, de la danza y también de la política. La verdad el desarrollo de aquellos años, dentro de la movida hippie que estaba surgiendo en aquellos años, me sentí muy liberado. Por mi edad y por mis tiempos, nací dentro de la dictadura de Franco y al estar en Francia me liberé de toda la carga que había en España. Por lo tanto, a la hora de realizar mi trabajo me daba más libertad tanto en Francia como en Italia. Pero en Francia hice mucho más. Estudié mucho a los pintores franceses, sobre todo a los impresionistas, que me influyeron mucho en ese momento en mi pintura y en mi forma de plantear las obras, los cuadros, de empastar, etc. Yo antes barría mucho los cuadros pero sin embargo, con la influencia francesa ya di un giro a mi pintura. Lo que hice fue empastar y esa fue la línea que a mí me hizo hacer la pintura que hago actualmente.

–    ¿Qué es lo que tiene la Sierra de Huelva que le atañe a crear sus pinturas?

Pues lo que tiene es lo que yo necesito, el silencio. Yo necesito silencio para pensar, para meditar, para encontrarme con la naturaleza. Si yo no me encuentro con la naturaleza entonces no soy yo. Soy feliz en cualquier parte, porque tengo la capacidad de abstraerme de las cosas que hay a mi alrededor si me molestan. Pero cuando estoy en una ciudad, como lo es Sevilla, pues me distraigo mucho y para yo hacer mi obra necesito pensarla. Para pensarla necesito silencio y eso me lo da la Sierra de Huelva. Me lo da porque es donde está ubicado mi estudio y se conjugan todos los elementos naturales que yo pueda desarrollar mi obra.

Mientras Pepe Bedoya iba narrando su forma de abstraerse, invitaba a seguir su camino a su mundo mágico que tiene creado dentro de su cabeza. Donde se imagina un mundo de fantasía y color que deslumbra por sí sólo allá por donde se va caminando. Quizás la imaginación de cada uno puede ser diferente, pero la sensación que muestra Pepe en ese mundo es parecida al País de las Maravillas en la que vivió Alicia en su cuento. Pero allí no existe un gato de rayas rosa y morado con sonrisa de media luna, ni un sombrerero loco que te invita a tomar el té a todas horas del día, ni flores que hablan y cantan, ni una reina de corazones que mandan a cortar la cabeza a todo aquel que se ponga delante suya y tampoco un conejo que siempre va corriendo porque tiene prisa. El mundo de Pepe es diferente. Allí se pueden encontrar hadas que esparcen su polvo para que el arco iris ilumine el cielo y brille de forma radiante. Se pueden encontrar personajes de fantasía, que van cambiando de forma, según se va representando en la imaginación. También formas abstractas que va cambiando de color mientras van caminando por una pradera llena de flores exóticas que refleja la luz del sol rebotar en su pétalos. A simple vista, con echarle una vista y la fachada que porta, nadie se podrá imaginar las de cosas, formas, dibujos, colores y lugares que entran y salen a diario por la cabeza de esta gran soñador.

–    ¿Tiene pensado seguir pintando muchos años o ha pensado alguna vez en dejarlo?

Dejarlo no puedo dejarlo nunca. La pintura es mi pasión, yo sin pintar no puedo estar mucho tiempo. Puede tener temporadas sin pintar, pero que yo no haga nada físicamente no quiere decir que lo esté haciendo con la mente. Yo siempre pienso en color. Muchas veces cuando estoy reunido con personas a mi alrededor puede dar la sensación que soy una persona muy distraída, pero no es que este distraído con las conversación, sino que en ese momento yo estoy abstraído en mi terreno y estoy pensando en colores, en formas. Por ejemplo, la palabra de una persona me transporta a algo que después se convierte ya en una fantasía y en un mundo. Por eso nunca dejaré de pintar.

–    También sé que estudió la carrera de magisterio y durante muchos años ejerció la profesión de profesor y director de un colegio familiar, ¿Compaginaba la pintura con las tareas dentro de las aulas o se empañaba con dichas tareas?

Si. La compagina porque en el colegio donde yo ejercí como profesor y director me encargaba de impartir la asignatura de dibujo, sobre todo de dibujo artístico. Para mí eso fue como una vía de escape durante los años que estuve ejerciendo la pedagogía. Entonces por ese camino me escapaba en hacer en dibujar con las clases.

–    ¿Cómo ve la educación que se ejercer en los colegios hoy día en comparación de aquellos años que fue usted profesor?

Pues la veo muy diferente a los de aquellos años. Veo que las políticas y los cambios que hemos tenido en estos últimos años que hemos sufrido, han sido muy acelerados. Bajo mi punto de vista, parece un poco perdidos en la forma de llevar al alumno a una confianza. Una vez que se gane la confianza del alumno, por lo menos como hacia nosotros en nuestro tiempo, tú con el alumno podrías trabajar plenamente, al cien por cien. Si el alumno no está relajado, cosa que yo siento que eso no está ocurriendo, no aprende. Yo creo que enseñanza no está yendo por el buen camino. Hoy en día veo que hay mucho fracaso escolar, cosa que en mis tiempos no había, pero no se daban los porcentajes tan alto que se están dando ahora y veo como que los profesores van por un lado y los alumnos parece que van por otro. Además veo que tanto los profesores, como los alumnos están deseando de terminar su labor e irse a su casa.

–    ¿Hay pocos profesores que el apasione la enseñanza?

La verdad que los profesores cuando hace su tarea por vocación lo hace con muchas ganas, con mucha esperanza y con mucha ilusión. Luego se encuentra ante un muro, no es que sean los alumnos, pero si a lo mejor puede ser por la burocracia que hay organizada a su alrededor, las políticas que se tiene que sujetar a unas reglas en el que ese profesor que van con esas ilusiones, con esas ganas de trabajar que va todas las mañanas pues va haciendo que le vayan cortando las alas y se van desilusionando y agotando la energía que tenían para enseñar. Esto surge porque no tienen apoyo de la administración ni de los padres.

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