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‘La dama duende’, de Calderón de la Barca, se estrena en el Lope de Vega en un total de cinco funciones desde hoy miércoles 11 hasta el domingo 15.

Hace solo cinco meses que el director de esta obra, Miguel Narros, murió por una afección pulmonar. Sus compañeros, actores y amigos, han querido homenajear su trabajo y labor a través de la representación de esta obra, la última antes de que falleciese. 

Esta comedia clásica, versionada por Pedro Víllora, ocupó la última etapa de vida del director, quien la preparaba para el Festival Clásicos en Alcalá 2013. Le puso todo su potencial y dotó la obra de una belleza palpable tanto en el discurso, como en los personajes. Murió a los 84 años, una semana después de su estreno en Madrid. 

Ahora Luis Luque sustituye a Narros y coge la dirección de esta obra que llega a las tablas de Sevilla con un cambio en el papel de Don Luis, cuyo personaje pasa de ser Marcial Álvarez a ser el veterano actor Juan Ribó.

Juan ya había trabajado en otras ocasiones con Miguel y se aventuró a esta representación de la que afirma sentirse muy orgulloso. “El montaje está lleno de dinamismo, ritmo y luminosidad. Miguel era un artista que tenía su propio discurso estético y lo supo poner sobre el escenario”. 

La obra cuenta con una trama de enredo propia del Siglo de Oro y con un discurso en verso, colmado de un trasfondo filosófico aunque aplicado al papel de la mujer dentro de una sociedad machista. “El personaje ‘Don Luis’ adquiere comicidad solo porque lo miramos desde nuestro tiempo”, señala Juan. 

“Los personajes de esta comedia son ingenuos y nobles, casi lejanos a nuestra concepción actual, sin embargo, el espectador consigue conectar con ellos a través de temas universales como el amor, las ganas de vivir, el miedo a la pérdida…”.  

Dividida en tres actos, ‘La dama duende’ exalta toda la vitalidad del su antiguo director quien puso de relieve los valores de la juventud, la belleza, la verdad o la vida como hilo conductor para llegar al fondo de cada personaje y trasmitirlo al público. 

“Fui descubriendo lo que hacía gracias a Miguel y mi personaje resultó ser en realidad diez años menor a los que yo pensaba. Por eso esta obra tiene un componente mágico”, resalta Chema León, quien encarna a Don Manuel en esta pieza. 

Con esta representación se cierra un ciclo, comenta Chema, pues fue hace nueve años en Sevilla donde estrenó su primer montaje con Miguel, con la obra de Salomé. Ahora vuelve al espacio lleno de ganas por cumplir con el honor de uno de los grandes del teatro español que como otros, con la reciente pérdida de la actriz Amparo Rivelles, se han marchado. 

Como dice Luis Luque: “Mi responsabilidad es mantener la compañía con la misma plata a cómo Miguel la dejó. Él se habrá ido, pero hay algo que nos ha dejado; que no ha muerto: hacer teatro”.

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