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Paco Azorín da forma a la obra atemporal de William Shakespeare en el Teatro Lope de Vega.

Shakespeare prefirió que los conspiradores propinaran a Julio Cesar 33 puñaladas, y no 23, como él había leído en las crónicas de Plutarco. Y fue más allá en la dramaturgia: hizo que las últimas palabras del Emperador y Sumo Pontífice Romano fueran un suplicio por la traición de su amado: “¡Tú también, Bruto, hijo mío!”.

Ahora, desde el 21 al 24 de noviembre, 2 mil años después de la muerte de Cayo Julio Cesar y 400 años después de la obra del genial dramaturgo inglés, el director murciano, Paco Azorín, hace una representación en la que impone su estilo particular y su visión escénica.

Paco Azorín es uno de los dramaturgos más reconocidos de la actualidad en las representaciones de Shakespeare. En su currículo ha dirigido de 2003 a 2006 el único festival de España dedicado íntegramente a su obra.

Premiado por sus trabajos escenográficos, ha demostrado como director “una gran capacidad para captar el mensaje de las obras, reflejándolo en los escenarios, con una gran economía de medios”.

En ‘Julio César’ emplea a 8 actores de primera línea, siendo líder entre ellos Mario Gas, para quien sobran tanto las palabras de reconocimiento que Paco Azorín plantea en su actuación un “contrapeso necesario para que el espíritu de Julio César siga rondando en la mente del espectador incluso después de su muerte”.

En esta ocasión el director ha decidido suprimir la participación de Calpurnia y Portia, respectivas esposas de César y Bruto, procurando construir una crítica directa en la obra al “género masculino en su manera de ejercer el poder”. Y añade que en esta representación hay un mensaje “tan actual como los momentos decadentes del Imperio y de su más famoso Emperador. Aquellos personajes de la vida real que Plutarco y luego Shakespeare nos legaron, podemos verlos hoy en España o cualquier otro país”.

A los espectadores que han visto la obra les ha sorprendido que no haya togas, racimos de uvas, “laureles ni orgías”, como ha señalado Tristán Ulloa en la rueda de prensa para destacar que el director ha logrado “que seamos romanos sin tener que estar en Roma”.

Tristán Ulloa hace de Marco Bruto en esta representación, y plantea en su personaje “al héroe trágico en Shakespeare, un hombre que a pesar de saber que su destino puede ser fatal es un tren que no quiere descarrilar hasta el final, así sea contra un muro”.

Los muros que han sido reformados en el teatro Lope de Vega sostendrán para su reapertura una nueva visión de ‘Julio César’; una obra que continúa viva y en la que su director «no toma partido» dejando abierta las reflexiones al espectador.

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